FICCIÓN HISTÓRICA, ESCRITA CON EXCEPCIONAL REALISMO por EKELEDUDU

Portada de DEL NORTE A JERUSALÉN

En el año 1150 nace Arn Magnusson o, como se lo conocerá más tarde, Arn de Gothia, hijo de Sigrid y Magnus, cuyas estirpes los vinculan a los reales linajes de Suecia y Noruega. Cuando unos años más tarde el niño sufre un accidente al que parece dudoso que sobreviva, su desesperada madre promete a San Bernardo y a Dios mismo entregarlo al sagrado trabajo del Señor sobre la Tierra, si le es concedida la gracia de escapar a la muerte. Pero si bien Arn se recupera efectivamente, sus padres demoran en cumplir lo prometido, hasta que Sigrid cae enferma. Su mal la llevará a la tumba, pero antes entrega a su hijo a los monjes cistercienses del Monasterio de Varnhem. Allí Arn aprende a leer y escribir, a cantar, a ahumar adecuadamente las carnes, a trabajar la tierra y muchas otras cosas más; y entre ellas, bajo la instrucción de un antiguo Templario, a montar a caballo y a manejar las armas con mayor destreza que nadie en aquellas frías regiones. El problema es que no está allí por voluntad propia, sino en cumplimiento de una promesa materna; por lo cual se decide, cuando ya es adolescente, enviarlo de regreso con su familia. Pero el caso es que, entre los monjes, Arn se ha criado sin maldad, como un nuevo Adán; y no le será nada fácil adaptarse al mundo exterior. Es un alma pura en un mundo que valora la pureza sólo de la boca para afuera... Y no tardará en aprender, sin entenderlo, que un homicidio es casi una trivialidad, si lo comete alguien de sangre noble, como él. Y aprenderá también -y entenderá menos todavía- que el amor se arriesga a ser condenado como la más monstruosa de las abominaciones, si desemboca en sexo fuera del matrimonio. Adán será expulsado del Paraíso, y no recibirá el perdón más que sirviendo como Templario en Tierra Santa durante veinte años.

Jan Guillou crea en Arn un personaje a la vez admirable y querible, algo que no es tan sencillo como pueda parecer, y hace de Cecilia Algotsdutter, su amada, la mejor de las Evas para tan noble, inocente y espléndido espíritu como el del protagonista. Los demás, por supuesto, son apenas comparsas y nada más. Sólo Arn y Cecilia interesan.

Podría pensarse, por esas razones, que esta TRILOGÍA DE LAS CRUZADAS, que continúa en EL CABALLERO TEMPLARIO antes de concluir en REGRESO AL NORTE, peca de cierta falta de realismo, un poco a la manera de las aventuras de un casto y puro Sir Galahad en busca del Santo Grial, sin duda el más cercano parangón de Arn. Nada que ver: de hecho, desde las primeras páginas el lector queda sumido de lleno en una fría y medieval Escandinavia donde los nobles no están ociosos en castillos, sino viviendo duramente en granjas como cualquier villano, con la única ventaja de tener siervos bajo su mando. De hecho, tal grado de realismo alcanza esta trilogía (llevada al cine en su país de origen), que no fueron pocos quienes creyeron que se trataba de una historia verídica. Yo mismo lo creí al principio, hasta que una consulta a Wikipedia-fuente que me parece bastante confiable- demostró que todo era ficción.

Quien espere encontrar aquí aventuras descabelladas al estilo de la horrorosa película KINGDOM OF HEAVEN (2005), temo que quedará defraudado; pero si en cambio la intensión es sentir el auténtico Medioevo palpitando página tras página, esta obra es decididamente imperdible.

Escrita hace 12 años · 4 puntos con 2 votos · @EKELEDUDU le ha puesto un 10 ·

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