EL APRENDIZ DE HECHICERO: PRIMER MOVIMIENTO por EKELEDUDU

Portada de HARRY POTTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL

HARRY POTTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL fue el puntapié inicial de una saga que no tardó en convertirse en un suceso de ventas. La historia del huérfano que vive con unos tíos que lo toleran de mala gana y que un día se entera de que hay en Gran Bretaña -donde transcurre la trama- un colegío de hechicería en el que dispone de una vacante para aprender a desarrollar sus incipientes aptitudes mágicas, y que poco a poco se interiorizará de otros detalles ya no tan agradables, como que un siniestro mago al que llaman Voldemort intentó matarlo cuando era un bebé y cuyo destino se ignora pero del que se presume que sigue vivo y anhelante de regresar al poder que alguna vez detentó, es ya sobradamente conocida y, qué duda cabe, caló muy hondo en el público. Lo que trataremos de responder ahora es: ¿a qué se debe? ¿Por qué Rowling fue tan exitosa en un subgénero como el fantástico, con tantos exponentes de los que demasiados pasan sin pena ni gloria?

Creemos que hay varias razones. Por un lado el estilo, sencillo, sin rebusques pero tampoco infantil (de hecho, Rowling jamás encasilló su obra destinándola al público infantil ni a ningún otro). En varios de los libros de la saga, incluido éste, la trama se asemeja mucho al de una novela de detectives, y tenemos incluso un personaje muy ambiguo del que nos enteraremos recién en el último volumen de la saga en qué bando milita.

En el caso específico de este primer libro, suponemos que también influyeron la sorpresa y el deleite que produce ver realizadas cuando menos en el papel muchas de las fantasías que alguna vez tuvimos de niños: cuadros que hablan, armaduras que caminan, comida que aparece instantáneamente sobre la mesa y demás. El tratamiento que se da a los personajes tuvo también que ver, sin duda. A pesar de estar tan distanciados de nosotros por poseer habilidades de los que carecemos, se nos antojan sin embargo cercanos por sus emociones y pensamientos. La mayoría son seres queribles en los que hay más de lo que se ve a simple vista, y ese plus adicional va aflorando progresivamente libro tras libro; y en la psiquis de algunos de ellos se profundiza como raras veces se hizo en libros de género fantástico.

Otro acierto es la forma en que se introduce, poco a poco, al malo de la historia. En este libro, por ejemplo, se tiene de él sólo un panorama general de sus pasadas fechorías, que quizás no dice mucho, pero que basta para inspirar en el lector la idea de que fue bueno que alguien así haya caído luego de un reinado de terror que duró once años. Lo malo es que todo indica que Voldemort, como las monstruosas deidades de los relatos de Lovecraft, no ha muerto, sino sólo desaparecido. Está ahí, como una vaga amenaza latente próxima a retornar en el momento en que menos sospeche. Tal certeza, apenas insinuada en esta novela inicial de la saga, en las siguientes se irá tornando opresiva con cada detalle nuevo acerca de este siniestro personaje de características hitlerianas.

Y por si lo dicho fuera poco, tenemos un protagonista que se gana nuestras simpatías porque, poderes mágicos o no, es un David frente a ese terrible y odioso Goliath que encarna Lord Voldemort. Como Frodo en El señor de los anillos, se enfrenta a peligros y amenazas para las que no parece hecho, algo que, en nuestro interior, a todos nos ha pasado alguna vez, y que es lo que nos hace identificarnos en cierto modo con él, consciente o inconscientemente. Y en cuanto a esas reflexiones tan sabias que se dejan caer sobre la marcha como, por ejemplo, durante la conversación entre Harry y Dumbledore acerca del Espejo de Erised, vienen a ser la frutilla sobre la torta.

HARRY POTTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL: primer libro de una serie de siete, vendida como un best-seller pero que, merecidamente, será -es- un gran clásico de la literatura fantástica. A no dudarlo.

Escrita hace 12 años · 4.5 puntos con 2 votos · @EKELEDUDU le ha puesto un 10 ·

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