LA GITANA, EL JOROBADO Y UN CURA DEPRAVADO por Timbel

Portada de NUESTRA SEÑORA DE PARÍS

Cogi este libro con muchas ganas y la verdad que al final me costó bastante terminarlo. No porque la historia fuese mala, ni mucho menos, sino porque se me olvidó que lo que leía era novela del XIX y no un best-seller actual.

La historia no es para nada lo que nos vende el mercado cinematográfico. No hay un protagonista claro, Esmeralda no es ni mucho menos la joven valiente y avispada que nos pintan las pelis, es más bien una niña inocentona y algo estúpida. Es la pieza clave de la historia ya que todo gira en torno a ella, es el "trofeo" que todos buscan, pero en realidad no deja de ser la sufrida "damisela en apuros", es decir, el prototipo de lo que debía ser una jovencita atractiva en el entorno burgués de la época en que se escribió la novela, solo que añadiéndole el toque "picantón" que le da el hecho de ser una zíngara.

Los personajes en general no tienen un transfondo muy complejo, casi todos tienen un unico rasgo característico: Gringoire es charlatán, Esmeralda ingenua, Quasimodo leal, Phoebus arrogante, Frollo un loco depravado. Es decir, tienen el rasgo clave y necesario para cumplir su papel en la historia y nada más. Esto no es malo si se tiene en cuenta que la historia pretende ser más una sátira que una tragedia. El autor del siglo XIX, que ya ha vivido y sabe todo aquello que aconteció durante la Revolución Francesa, ambienta su novela en el París medieval para hacer una y otra vez constantes guiños históricos a todos aquellos hechos que ocurrirían en Francia después de la Edad Media. Para ello, se sirve de diálogos muy ingeniosos a lo largo de toda la historia quedando especialmente patente en el capítulo en el que aparece Luis XI, ridiculizándolo como un rey pusilánime y ya con las claras tendencias absolutistas que sus herederos terminarían por imponer en siglos posteriores.

El ritmo y la trama de la novela hubieran sido buenos de no ser por los constantes "stops" que el autor obliga a hacer al lector. Cuando consigues meterte en la historia y seguir de cerca a los personajes, de repente, porque sí, el autor hace un inciso de 60 o 70 paginas de ensayo sobre la arquitectura del París medieval o la comparación entre la imprenta y la arquitectura. En fin, temas muy interesantes si quisiera leer un ensayo sobre ellos, pero en medio de la novela lo que hacen es romper el ritmo y hacerla tediosa a ratos. Claro está, que como ya dije al principio, estamos ante los primeros ensayos de la novela actual, y como tal, hay que leerla con dicha perspectiva.

Escrita hace 12 años · 3.2 puntos con 9 votos · @Timbel le ha puesto un 7 ·

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