FILMAR UN LIBRO por _567_

Portada de EL CINE SEGÚN HITCHCOCK

Varios días duró la confección de este imprescindible libro especialmente recomendado a todos los amantes de la cultura en cualquiera de sus vertientes, decenas de horas de preguntas y respuestas en una conversación entre un par de genios del celuloide, que se inició un 13 de agosto (cumpleaños del gordo genial) y que se prolongó durante varias jornadas de encuentros en su despacho de los estudios Universal, y donde Truffaut equipado con un micrófono de corbata y acompañado de un colaborador (afortunado el mozo, ingeniero de sonido que grababa toda la conversación), confeccionó una obra extraordinaria, de la que en un arranque de falsa modestia no se consideraba autor, conversaciones ininterrumpidas entre las 9 de la mañana y las 6 de la tarde; no hubo descanso ni siquiera durante las comidas, donde conocemos al Hitchcock más humano, tímido y relajado, que nos habla de otros aspectos cotidianos de su vida e ideas personales alejadas del calor de los focos y del show-business que rodea a todo el circo de Hollywood.
Truffaut estructura su trabajo en base a una construcción en formato de entrevista que Alfred acepta, a saber: las circunstancias que rodearon la aparición de cada película, la construcción y elaboración de los excelsos guiones utilizados, los problemas puntuales que surgieron en la puesta en escena de cada trabajo, y la opinión personal del autor sobre el resultado comercial y artístico con respecto a sus ilusiones iniciales depositadas en todos y cada uno de sus proyectos. Se permite la improvisación, claro está.
A partir de esta premisa consensuada, el río de la conversación se desdobla en múltiples meandros que nos hacen de esta lectura un magnífico ejercicio de conocimiento integral de muchas cosas relacionadas con el mundo del cine, las letras, la pintura, la música, la vida en su máxima expresión: el arte.
El autor, un enamorado de la lectura, y entrenado como crítico de la prestigiosa revista Cahiers du Cinema, consigue llegar a los rincones mas inaccesibles de Hitchcock, desde el anecdótico al divertido, desde el más sincero al autocrítico, y consigue arrancarle momentos realmente antológicos de emotividad y vulnerabilidad… el hombre que ha conseguido filmar el miedo como nadie se nos revela a su vez como el más miedoso de los (in)mortales.
Me resultaría imposible, ni siquiera intentarlo, centrarme en la multitud de sensaciones que uno siente al leer esta joya, es posiblemente uno de los libros a los que le tengo más cariño, quizás porque aúna como ninguno dos de mis grandes pasiones en esta vida: la literatura y el cine, así se conserva el pobre, marcado con señales por todos lados, desde el nervioso trazo impetuoso del adolescente alocado a la línea marcada por el adulto más experimentado en la búsqueda de frases que todavía consiguen emocionarme por su calidad. Vais a experimentar, los que aún no lo hayáis leído o decidáis seguir este humilde consejo, un goce cercano al que debió sentir el propio Hitchcock al dirigir sus grandiosas películas, un completísimo compendio de toda la trayectoria de este Sir, en una edición meticulosamente cuidada, con datos “olvidados en la memoria del tiempo” añadidos al final de la obra, una preciosa introducción de Truffaut, y una muy interesante colección de fotografías situadas en su parte central, que ayudan a tomar aire en los momentos necesarios.
Decía Bergman, en una opinión muy personal, que el cine no es inferior a la literatura, yo creo que son disciplinas complementarias, en todo caso Hitchcock estaría encuadrado en el grupo de autores comprometidos e inconformistas que formarían algunos escritores inmortales como Kafka, Dostoievsky o Poe… no en vano ahí tenemos el legado que nos dejó como herencia universal, una enorme cosecha de obras maestras, inmortales como esas novelas que transcienden los tiempos, y que hoy en día siguen descubriendo jóvenes de cualquier edad que se inician en su pasión por todo este mundo de sueños que es el cine, utilizando una hermosa sentencia de Jean Cocteau refiriéndose a Proust: “ Su obra continuaba viviendo como los relojes de pulsera de los soldados muertos”.-

Escrita hace 12 años · 4.2 puntos con 5 votos · @_567_ no lo ha votado ·

Comentarios

@FAUSTO hace 12 años

Buen comentario y totalmente de acuerdo, poco puedo añadir a tu reseña. Es un libro que tardé casi 8 meses en leer, pues lo compagine con la visión de sus casi 60 películas (muchas de ellas fueron revisiones. Conseguí ver todas excepto dos, una de su etapa muda, y la otra fue “Elstree Calling”, un musical dirigido entre varios directores.

Una de las cosas que más me llamaron la atención fue la forma de filmar “Psicosis” y “La soga”, la elección de los guiones (muchos basados en novelas), la relación con los actores, su manera de crear el suspense, la situación social del momento de cada película, la importancia de las bandas sonoras, los “Mac Guffin”, etc.
En definitiva, aparte de aprender de cine y sobre el “universo hitchcokiano”, es una lectura entretenida y muy agradable. Totalmente recomendable.

@_567_ hace 12 años

Recuerdo que yo también tardé bastante en leerlo, y ya ha llovido desde entonces, al no tener una línea argumental al uso me lo tomaba como una de esas revistas mensuales que se tienen siempre a mano y vas avanzando sin prisa y con las pausas obligadas por el tiempo disponible. Ví muchas de sus pelis, practicamente todas entre las más conocidas, pero me resultó imposible rescatar algunas de su primera etapa en Londres y muchas de las mudas, como contrapartida me aficioné a aquellas estupendas series televisivas de "Alfred Hitchcock Presents" y "The Alfred Hitchcock Hour", que me hicieron pasar grandes momentos siendo un niño, todavía proyecto de adolescente. Muchas revisiones también de algunos de mis títulos preferidos, en aquel vetusto formato llamado VHS, ¿alguién lo recuerda, jejje?, incluso alguno de los infumables remakes que se han hecho recientemente..., y un recuerdo especial para aquellos pases en "Que grande es el cine", el programa de Garci y sus inolvidables debates con el resto de colaboradores invitados.
El término "Mac Guffin", curiosisímo el análisis del libro por cierto, ha conseguido trascender al tiempo y ser imitado hasta la saciedad en el cine moderno, no siempre de manera acertada, esta claro. La relación con los actores, sobre todo con las actrices, y con su mujer, Alma, son otro de los puntos fuertes del libro de Truffaut.
Muy recomendable, sí, para todo aquel que quiera descubrir las interioridades de uno de los grandes genios, irrepetible en su género, del siglo pasado.-

@Faulkneriano hace 12 años

Buena reseña, Krust, de un libro absolutamente recomendable. Y mira que hay libros sobre Hitchcock... Pero el libro-entrevista de Truffaut es la joya de la corona: dos tipos que saben de cine sacándole las tripas a algunas de las películas más estimulantes de la historia. Todavía recuerdo cómo contaba sir Alfred la caída de Martin Balsam por las escaleras de Psicosis o lo que veía James Stewart al mirar por el hueco de las escaleras de la misión de Vértigo.

Hitchcock es uno de mis directores favoritos. No es muy difícil ver su filmografía completa, a excepción del periodo mudo. Creo que me quedan tres de sus películas sonoras y algunos de sus episodios para la televisión.

Recomiendo el libro de Enrique Alberich sobre su cine para la colección Dirigido Por..., pero, sobre todo, la excelente biografía de Donald Spoto (que presenta a un Hitchcock un tanto siniestro, la verdad) y Los asesinatos de Hitchcok, de Peter Conrad, de lo más estimulante. Del libro de Boris Izaguirre, El armario secreto de Hitchcock, mejor abstenerse.

Me alegra comprobar que esta página está llena de cinéfilos, aparte de buenos lectores.

@_567_ hace 12 años

Tomo nota de las recomendaciones, Faulkneriano, no he leído ninguna otra biografía o ensayo sobre la obra del maestro y seguro que algún detalle interesante se puede encontrar en ellas, suenan especialmente rigurosas las de Alberich y Spoto, así que ya te contaré si algún día las leo. En cuanto al Izaguirre, un tipo que me resulta tan cargante como insoportable, acabo de enterarme por tu comentario de su osadía para penetrar a hurtadillas en el armario secreto de Hitchcock, ¿Qué consiguió extraer?, igual me pierdo algo pero conste en acta que me temo que no mucho más que una corbata amarilla a topos rosas para auto-extasiarse de frenesíiiiiii…
También es de mis directores favoritos, formaría parte, en una hipotética votación personal, entre los cinco mejores de la historia del 7º arte, que duda cabe, nunca dejaré de agradecerle esas inolvidables películas que me hicieron aficionarme al buen cine; por cierto, reivindico desde aquí, además del ramillete de obras maestras que todos conocemos, algunas consideradas como “menores” entre su extensa filmografía, y que a mí me encantan, como: “Marnie la ladrona”, “Cortina rasgada”, o una a la que le tengo un cariño especial: “Naúfragos”.

Saludos.-

@Faulkneriano hace 12 años

Respecto al osado Izaguirre, la respuesta a qué extrajo del armario del maestro es: nada. Y pocas películas menores tiene Hitchcock, la verdad: lo que pasa es que a veces palidecen al lado de sus grandes obras, que son más de las que se citan una y otra vez.

@_567_ hace 12 años

Menores me refiero a todas aquellas películas que no tuvieron tanto calado en la audiencia por diversos motivos: la crítica les dió la espalda, el tío Oscar se olvidó de ellas (mira que se han cometido errores de bulto con la estatuilla pero lo de no conceder ni un solo muñeco dorado a Hitchcock clama al cielo), o no tuvieron la misma promoción por parte de las distribuidoras (el fichaje de las estrellas del momento hacia mucho al respecto...).
Total, que estoy completamente de acuerdo contigo, pocas o ninguna película menor en la filmografía del genio inglés, ya que incluso los episodios de TV eran auténticos ejercicios de intrigante suspense hechos a medida para colmar las delicias del espectador, y eso que los jerifaltes de turno le limitaban el tiempo de metraje con aquello de: "Tienes solo una horita, 60 minutos, para contarnos un cuento".
Siento que el osado te hiciera perder el tiempo en su momento, en todo caso tienes la potestad de comentarlo con conocimiento de causa; en mi caso opinar sobre Izaguirre solo fue una intuición, acertada por lo que veo...