LA NIÑA MALCRIADA Y LA BELLA JUDÍA por Maria

Portada de DANIEL DERONDA

Lo más interesante de la novela es el profundo (y en algunos casos, extremadamente denso) retrato psicológico de los personajes. La autora se toma una gran molestia en que las acciones de los mismos queden perfectamente justificadas y sean comprensibles para el lector, tanto como si éste fuera un amigo íntimo. De este modo, el triángulo protagonista alcanza una gran intensidad: las dudas y los anhelos de los personajes no son caprichosos, sino que están sentados sobre una base que la autora se ha ocupado de dejar patente. De este modo, se entiende perfectamente la atracción de Deronda por Gwendolen, del mismo modo que se entiende su atracción por Mirah. Son dos afectos distintos, y que parten de motivos distintos (quizás de un mismo motivo, pero de diferentes interpretaciones del mismo); y sin embargo los dos son igualmente fuerte y –al menos para mí- comprensibles. También resulta lógica la relación de Daniel con Mardoqueo, o el cambio de actitud de la caprichosa Gwendolen.

El tema del judaísmo es también un plato fuerte, ya que ahonda en él ofreciendo distintas perspectivas y dando una panorámica de la situación que los judíos podían encontrarse en el Londres del siglo XIX. En algunos puntos me ha parecido una narración algo idealizada (igual que la exagerada bondad de Mirah), pero por lo general me ha resultado muy interesante, excepto cuando se mueve quizás demasiado hacia el fanatismo, algo que –se traten de ideas religiosas o no-, me suele causar rechazo; y que culmina con la misión del propio Deronda de conseguir la fundación de un moderno estado de Israel (proyecto que se hizo realidad poco menos de un siglo después de la publicación de la novela). Respecto al tratamiento de esta religión y cultura en la novela, resulta muy interesante el planteamiento que ofrece Eliot, comenzando por el rechazo del protagonista, que de ahí se mueve hacía la curiosidad para terminar abrazándola sinreservas. De todos modos, de este tema lo que más me ha interesado ha sido la -desaprovechada- historia de la princesa Halm-Eberstein, aunque el personaje no haya salido muy bien parada.

Esto también supone un inconveniente, porque la autora gasta tanta energía en retratar a los personajes psicológicamente que este retrato se puede volver, como sigo al principio, denso e incluso repetitivo, pues suele volver sobre algunos puntos con insistencia. Esto puede lastrar un poco la lectura, ya que la narración se frena durante páginas de párrafos interminables sobre este tema. En cualquier caso, la historia es lo suficientemente atractiva e interesante para que esto sólo resulte un mal menor.

Escrita hace 12 años · 4 puntos con 3 votos · @Maria le ha puesto un 7 ·

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