LIRISMO PURO por Tharl

Portada de RIMAS Y LEYENDAS

Cuando leo las rimas de Bécquer me abruma su sencillez, su poco simbolismo, su intimismo e intensidad. Si no fuera por las leyendas no pensaría que es un poeta, solo un hombre sensible, capaz de vivir y que amó.
Él mismo distingue entre ser poeta y escribir poesía. Según su propia definición, él fue un auténtico poeta que además supo encerrar sus sentimientos en hermosos versos que podemos sentir o desperdiciar juzgando.
Fue un auténtico poeta que sin vestirse de grandilocuencia y complejidad consigue deslumbrarnos siglo después con su sentimiento, con emoción vestida de poesía desnuda.

Como bien dice Minaith, son rimas para leer, volver a leer, callar y hacer una muda reverencia. Tampoco podremos evitar que algunas de ellas se graben a fuego en nuestro interior, y acaricien nuestra mente en determinados momentos. Todos los que hemos leído estás fantásticas rimas tenemos nuestras favoritas a las que acudimos una y otra vez y a menudo nos sabemos -si no enteras, en parte- de memoria.

Para mentes más analíticas: Es curiosa la estructura en la que están ordenadas las rimas. Primero bebemos del ideal de Becquer, después nos enamoramos de su amor para desengañarnos con su desamor y terminar con fúnebres rimas primero de cansancio y hastío y luego de muerte. Pero lo más maravilloso es que podemos vivir cada una de sus sensaciones gracias a esta bella lectura.

Las leyendas son otro cantar: Son historias narradas con un completo lirismo que se saborea a cada línea y que tratan temas variados, siendo uno de los más frecuentes el amor y el misticismo religioso, lógico en la España romántica de la época. Discrepo en este punto completamente con Minaith: Solo hay una leynda que habla y desprecia a los judíos (“La rosa de pasión”) –algo que no sorprenderá a quien trate de juzgar la obra desde su marco sociohistórico y no de los valores actuales- y las demás si bien tal vez no atemoricen ni sorprendan a nadie hoy en día, sin duda le hipnotizará el estilo y sabrá paladearlo con placer.

Personalmente tengo muchísimo cariño a este libro. Entre otras cosas es el primer libro de poesía que leo y disfruto –tengo problemas para entender y disfrutar autores como Rimbaud y Baudelair- y me ha metido no solo el gusanillo por seguir leyendo más del género, sino que me ha revelado una sensibilidad y un placer en ella que desconocía, siempre me considere demasiado prosaico. Según mi profesora de lengua de 1º de la ESO, darme poesía a mí era como dar margaritas a los cerdos :P. Ahora tengo el vicio de antes de leerme una novela, leer un par de poemas un par de veces, deleitándolos, lo que además del placer que encuentro en ellos me pone en un estado de lector mucho más propicio para disfrutar la forma de la novela que vaya a leer a continuación.

Gracias Becquer.

Escrita hace 12 años · 3.3 puntos con 6 votos · @Tharl le ha puesto un 7 ·

Comentarios

@cecilia.marechal hace 6 años

WOW, excelente resumen tharl. gran poder de vision y objetivismo aplicado al subjetivo placer de interpretar la lectura de forma viceral