EL HOMBRE DE LA MALDAD ESCRITA EN SU ROSTRO por sedacala

Portada de EL EXTRAÑO CASO DEL DR. JEKYLL Y MR. HYDE

Libro, sobradamente conocido e influyente donde los haya. Sirve como pocos en la literatura para lanzar hipótesis sobre las intenciones de su autor al tratar los múltiples perfiles que contiene su argumento.

Por citar, de todos ellos, los que a mi más me sorprenden, diría: el lenguaje en el que se habla de la terrible tendencia a la maldad de Hyde; la incógnita que nos queda de cuales serán esos tremendos desmanes (aparte del crimen) que comete este hombre cuando se pone a ello; la idea un poco cómica (hoy día) de que lleva la maldad escrita en su rostro; la repercusión de estas cosas en el equilibrio psicológico de su amigo médico cuando las conoce (tanto como para provocarle la muerte) y una parecida preocupación en su amigo abogado, que además es el narrador. En esta sucesión de circunstancias, se basa el carácter siniestro y sobrecogedor de esta historia. Ninguna de ellas, son trasladables a nuestra época, que tiene otro marco de valores muy diferente. Para juzgar la intención de Stevenson al plantearlas, habría que conocer al detalle, cuales eran los valores de entonces y eso puede parecer fácil, pero no lo es.

Lo de la crítica a la moral victoriana, es tema recurrente y no lo tengo yo muy claro; habla de iniquidades atroces y maldades terribles, pero no dice cuales son. ¿Consiste la crítica en atribuir esas supuestas atrocidades a personas de aparente moral intachable? Más que crítica a la moral, sería una crítica al cinismo imperante. Es decir, ¿está Stevenson diciéndonos que tener unas aventurillas nocturnas es malo? No nos engañemos, la moral de la época no admitía nada de eso y no creo que, ni Stevenson, ni nadie, hiciese una crítica en el sentido de considerar esas aventurillas disculpables y acercarnos así a la moral de hoy. El puritanismo estaba bien instalado y lo que era criticable entonces por Stevenson y por cualquier otro, era el fariseísmo de obrar y pronunciarse públicamente como ciudadano ejemplar, para luego en privado saltarse esas buenas intenciones a la torera, en interés de la propia conveniencia. E incluso esta última actitud, se daba y se da hoy, sin que, salvo que se cometan delitos, sea posible hablar de atrocidades, véase el caso del director del Banco Mundial (que si parece haber delinquido). Que la moral pública impone unas reglas y que el impulso hedonista tira en la dirección contraria, es algo intemporal. Que esas reglas a finales del siglo XIX eran mucho más estrictas que ahora, es obvio. ¿La crítica de este escritor en concreto, iba en sentido de reforzar el puritanismo, exigiendo coherencia estricta en el comportamiento? o iba más bien, en el de liberalizar las normas, relajándolas y acercándolas más así, a los naturales impulsos de la débil condición humana. Yo me inclino por lo primero, y creo que ese mensaje, si es que existe, es conservador y puritano. A qué, si no, ese lenguaje apocalíptico, según el cual parece que se van a condenar eternamente de un momento a otro.

Es interesante también, el hecho de que en la novela, no aparece ninguna mujer con voz propia, se menciona a la niña atacada y a la criada sin escrúpulos que contrató para cuidarle el laboratorio, pero solo es una mención, sin participación ninguna. Los hombres que intervienen, parecen vivir solos sin compañía femenina, quizás pensó que esto reforzaría lo siniestro de la ambientación; la presencia de alguna mujer se supone que añadiría un toque de naturalidad y frescura, que aquí podría estar de más en esa búsqueda de tenebrismo. Creo más en eso, que en buscar intenciones misóginas o atisbos de homosexualidad.

Hablaré, por último, de cómo está escrito el libro. No se trata desde luego de una escritura excesivamente compleja, pero para no serlo, tampoco me parece transparente. Es cierto que el tema exige un cierto énfasis y la intencionada ambientación gótica requiere un lenguaje que no sea demasiado sencillo. Esto se admite, pero nada de eso obliga a que el texto tenga ese grado de dificultad, que hace un poco incómoda su lectura. Su texto, introduce insinuaciones, o claves sutiles, que no desvela inmediatamente, sino unos renglones después, si no estas atento, no las coges, e incluso estándolo, puede que tampoco. Un ejemplo: las explicaciones sobre la sal que interviene en su fórmula, su escasez o su adulteración, no fui capaz de comprenderlas bien, hasta que leí en Wikipedia la reseña del libro en la que se explicaba con claridad. En resumidas cuentas, su estilo me parece recio, pero áspero, lo cual coincide con la impresión extraída de otros libros suyos ya leídos (LA FLECHA NEGRA y LA ISLA DEL TESORO) que tampoco había sido favorable. Viene a cuento aquí, hablar de cómo Melville (estoy leyendo MOBY DICK) utiliza para hablar de algo tan prosaico como pesquerías oceánicas, un lenguaje fuerte, enfático, que se recrea en el adorno, y en las frases complejas, largas y brillantes, es en definitiva un texto muy efectista. Bueno pues, a pesar de ello es diáfano, lees de un tirón entendiéndolo todo. Solo a veces, la falta de concentración momentánea (comprensible con frases tan largas) puede llevar a tener que releer, pero prestando atención, sus frases no esconden nunca nada. Es el ejemplo perfecto, de cómo se puede usar un lenguaje adornado, a la vez que claro. Stevenson, no escribe con ese efectismo, ni, desde luego, con esa claridad, por eso decía yo antes, que me parece recio pero áspero en su modo de expresión.

Escrita hace 13 años · 4 puntos con 2 votos · @sedacala le ha puesto un 7 ·

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