LA HIJA MODERNA por Maria

Portada de LA EDAD INGRATA

Esta novela me ha parecido la más perfecta obra de teatro, sir ella nada de eso. No se divide en actos, y hay lugar la extensísimos párrafos descriptivos, y sin embargo lo más importante, lo que nos ayuda a conocer –en cierta medida, porque la mayoría son crípticos- a los personajes son los diálogos. El autor no se detiene a contarnos qué pasa por la cabeza de aquel o de este otro personaje, sino que les hace hablar. Mucho, muchísimo y con ayuda de otros personajes, que le dan la réplica (y que acaban, detalle inútil, pero que me ha llamado mucho la atención, las frases los unos de los otros). La acción se divide en diez partes que llevan el nombre de un personaje, pero que en realidad corresponden cada uno a un escenario: un salón, una casa de campo… Y de ese escenario entran, salen y vuelven a entrar los actores para representar su papel. Porque la misma trama es una obra de teatro en la que no se termina de vislumbrar el rol de cada uno hasta bien avanzada la trama (al menos en mi caso).

Una situación que se plantea desde un principio y que se termina resolviendo al final. Y una muy inquietante y complicada relación madre e hija (¿y abuela?) que para mí es una de las grandes protagonistas del libro: un amor-odio que a ratos me ha remitido a la narrada por Irène Némirovsky en un relato, “El baile”. Como la señora Brook afirma que si bien su hija ya estaba preparada para entrar en la sociedad –el punto de partida de la novela, la incierta edad en la que una jovencita debía bajar del cuarto de los niños y unirse al mundo, o al menos al reducido mundo de la sociedad-, ella no lo estaba. La otra relación protagonista, la de Nanda, la hija en cuestión, con el señor Longdon y con Mitchy; incluso con la propia sociedad en general. Un personaje muy interesante, esta Nanda. En fin, una novela que me ha impresionado, por la cantidad de cosas que parecían escapárseme, que no era capaz de descubrir debajo de la superficie. Decididamente, le estoy cogiendo el gusto a perderme en las larguísimas frases del señor James, aunque de vez en cuando pierda pie.

Escrita hace 13 años · 4 puntos con 2 votos · @Maria le ha puesto un 8 ·

Comentarios

@sedacala hace 13 años

Sus frases son largas y complicadas, pero leyéndolas, notas que te van envolviendo en un cálido ovillo, en el que se siente el rumor de las múltiples conversaciones y así, poco a poco, van desgranándose los porqués de la historia. A mi también me gusta ese estilo sutil de Henry James. No diría yo que es confuso, pero mucha gente no lo disfruta. Esto de los gustos literarios me resulta un misterio insondable.

@Maria hace 13 años

Para mí es confuso en algunos momentos (en esta novela en particular, tenía a veces que leer una línea de diálogo varias veces), pero coincido contigo en que su narrativa te envuelve de un modo increíble y a veces de forma inadvertida. Para mí la confusión, el perder pie aquí y allá, no le resta ni un poco de encanto al libro. Me ha encantado la novela, y cada obra que leo de James le sube un escalón en mi ranking particular. Hasta el momento no me ha decepcionado, aunque es verdad que estoy aún un poco verde en este autor :)