INTENSO MAGNETISMO por sedacala

Portada de LA ESFINGE DE LOS HIELOS

Este es un libro marcado por su condición de homenaje, secuela, continuación, o como queramos llamarle, de LAS AVENTURAS DE ARTHUR GORDON PYM que Julio Verne dedica a su admirado Edgar Allan Poe. Esa fue la principal razón por la que opté por su lectura; satisfacer la curiosidad, un poco morbosa, de ver como se establecía esa relación entre ambos autores, uno de ellos entrañable para mí, el otro mucho menos que eso.
Era norma frecuente del autor elegir un asunto, a menudo científico o geográfico, que utilizaba como eje, alrededor del cual creaba un argumento que se resolvía al final con el apoyo en dicho asunto. Ejemplos:

1. La ganancia de un día al rodear la Tierra hacia Levante en LA VUELTA AL MUNDO EN 80 DIAS

2. La existencia de Nemo y su submarino Nautilus, para explicarlo todo en LA ISLA MISTERIOSA

3. La triangulación geodésica, que casualmente, apoyan en un mismo hito, los dos enemistados grupos en AVENTURAS DE TRES RUSOS Y TRES INGLESES

4. La posibilidad de ir de Nueva York a Paris en vehiculo de ruedas, aprovechando el hielo en Bering, en CESAR CASCABEL

Y así muchos otros parecidos. Pues bien, en esta novela que nos ocupa, la clave científica es el fenómeno del magnetismo. Y no parece el mecanismo de resolución mediante esa clave, una idea muy brillante. Por el contrario es bastante insustancial y poco rigurosa. Ni la construcción de la historia, ni su extensión se justifican para tan poca traca final y el libro decepciona. Además se echa en falta en los personajes la frescura (la profundidad escasea, en todas sus novelas) que es habitual en sus mejores libros.

En lo referente a la relación entre ambos autores, debo reconocer que me gustó más en su día la novela de Poe a pesar de ciertos desvaríos científicos que ya apunté en aquella reseña. En aquel momento aventuré, que Verne jamás hubiera desvariado así, sin saber entonces la relación existente entre ambos. Pero, reconozco que me equivoqué, Verne escribió muchos libros, con una producción irregular y su versión más mediocre, es muy capaz de desmerecer bastante.

En fin, que me gustó más la novela de referencia de Poe, que la continuación de Verne.

Escrita hace 13 años · 4 puntos con 3 votos · @sedacala le ha puesto un 5 ·

Comentarios

@Faulkneriano hace 13 años

Coincido contigo, Sedacala, en que el libro de Poe es mucho más sugerente y en que Verne, por una vez, bastante aburrido. De magnetismo, nada... en sentido literario, claro.

Verne suele ser un valor "seguro" porque sus tramas son invariablemente entretenidas, ingeniosas y hasta apasionantes, en algunas ocasiones, pero tiene sus bajones. Todavía recuerdo mi profunda desilusión con La isla misteriosa, muy inferior, en todo, a 20.000 leguas, y todo por culpa de su desmedida afición a las robinsonadas. En un autor muy prolífico suele haber agujeros. Depende mucho, como bien dices, de su punto de partida, porque es un constructor de argumentos, no un estilista. Cuidado con su última época, muy irregular, con novelas firmadas por él, pero escritas por otras personas, entre ellos su propio hijo.

@sedacala hace 13 años

Fíjate si estaré despistado, que titulé INTENSO MAGNETISMO, pensando solo en la Física, sin caer en que, el doble sentido, hubiera aconsejado, más bien ESCASO MAGNETISMO.

Pero aparte de ese detalle, el objeto de mi comentario, es hacer constar mi predilección por LA ISLA MISTERIOSA y en consecuencia la discrepancia obvia contigo.

Me ha extrañado lo de las robinsonadas con tono peyorativo. Creía yo, que esos temas te gustaban, ya que prácticamente, somos los únicos en SdL que hemos leído literatura de viajes; materia ésta, por cierto, que no encaja en ninguna de las categorías existentes en SdL.

A mí por el contrario esto de los náufragos me encanta. Será por eso que a mi, sí me gusta esa novela. Por eso y por que la leí por primera vez con doce años y siempre me pareció una historia bien llevada, bien resuelta y con buenos personajes, dentro de las limitaciones de Julio Verne.

Y es que, a mí, las robinsonadas me encantan, empezando por el original de Defoe, continuando con LA ISLA MISTERIOSA y terminando con EL BUSCADOR DE ORO de LeClezio que tiene algo de eso también. Por cierto, curioso lugar Rodrigues, maravilloso como una especie de Bora Bora, pero casi absolutamente desconocido y, por tanto, inmaculado.

@Faulkneriano hace 13 años

Me gusta el Robinson Crusoe, una de esas novelas que han dejado huella en la literatura moderna pese a su precocidad (1719), pero me horroriza Los robinsones suizos, novela publicada en 1812 por el pastor Johann David Wyss. A Verne le gustaba sobre todo esta última, que postula, desde una perspectiva llena de moralina, la innata superioridad del hombre europeo sobre el medio y sobre las razas no civilizadas, y se entregó con ilusión a las robinsonadas (dicho esto sin ánimo peyorativo) en varias de sus novelas: Dos años de vacaciones, Escuela de robinsones y La isla misteriosa, aunque la capacidad de sobrevivir en una tierra hostil está presente, en mayor o menor medida, en muchas otras de sus novelas. Dos años de vacaciones es una de las más infantiles de su autor, por la edad de sus protagonistas (su reverso tenebroso sería El señor de las moscas, de William Golding), aunque Un capitán de quince años, también con protagonista adolescente, es mucho más sombría, al tratar el tema de la esclavitud. Escuela de robinsones es claramente una parodia, y, como tal, una novela bastante menor, dentro de la producción verniana, si bien se lee con agrado.

En cuanto a La isla misteriosa, ofrece dos novelas en una. De una parte, es el colofón, melancólico y fúnebre, de la peripecia del capitán Nemo, uno de los personajes más fascinantes de Verne. De otra, es la peripecia de los fugados de Richmond en su lucha por la supervivencia en una isla desierta. Las habilidades de Cyrus Smith y sus compañeros superan en mucho al pobre Robinson dieciochesco y llegan a aburrir, por lo menos a este lector, por lo pormenorizada (el libro tiene más de 600 páginas): que la obtención de ácido sulfúrico sea uno de los momentos climáticos de la novela tiene miga. Nemo y sus hombres sólo aparecen como una posible amenaza en la vida de los náufragos, para tornarse después una presencia amistosa y, finalmente, desvelarse el secreto: su función narrativa es idéntica a las huellas de pies humanos y a la amenaza de los caníbales en el Robinson original. Verne se regodea con las aventuras y desventuras de los de Richmond y descuida el potencial romántico, dramático, de Nemo. Es una novela curiosamente descompensada, y, desde mi punto de vista, fallida, lejos de la maestría de 20.000 leguas..., La vuelta al mundo en ochenta días, Viaje al centro de la tierra y De la tierra a la luna, cuya resolución narrativa está a la altura de su planteamiento inicial, plasmada en una idea simple pero tremendamente sugestiva (¿cómo viajar a la Luna o al centro de la tierra? ¿Logrará Phileas Fogg su objetivo?) y cuyo argumento, pleno de invenciones, se dirige en derechura, sin vacilaciones, hacia un satisfactorio final.

Verne no es el literato de los niños y de los álbumes ilustrados pero tampoco el escritor uniformemente inspirado y resuelto (véase La esfinge de los hielos). Ya dije que me parece muy irregular, sin que eso le quite méritos de gran narrador y prodigioso fabulador, que nadie discute. En fin, creo que he contestado a tu pregunta. Lo de La invención de Morel me parece más arduo, así que, de momento, lo dejo.

Saludos, Sedacala.

P.D. El buscador de oro me parece una novela soberbia.

@BriGid hace 12 años

El sopor hecho libro, sin duda.