UNAMUNO por Tharl

Portada de EL ESPEJO DE LA MUERTE

Unamuno... Unamuno nació luchador en un tiempo que necesitaba luchadores. Se enamoró de España cuando ella más necesitaba amor y menos odio. Cuando alguien así nace entre la división, y la lucha pretende regar de sangre semejante la tierra amas, entonces debes transformar tu amor por ellos en odio y matar en nombre de lo que amas aquello que creías amar. Unamuno no pudo. Así, no encontró más lucha que la lucha interna, y toda postura le llevó al desencanto.
Nació artista. Se hizo socialista, se arrepintió. Fue antimonárquico, lucho contra la dictadura de Primo y luego fue republicano, se arrepintió. Apoyó revolución fascista, moriría arrepentido. Lo único que no dejo de ser en toda su vida fue artista y gran pensador, y de ello también se arrepintió a menudo.

No es de extrañar, que los reflejos de este espejo de España sean el desencanto, la preocupación, la ternura y el amor al alma ibérica desnuda de los pueblos y su sencillez.
Encontramos relatos de todo tipo, unos complicados y otros puramente – y esta palabra derivada de lo puro, es la más exacta- sencillos. Unos salidos, como él diría, de su cerebro y otros de su alma. Unos nostálgicos y con una ternura fantástica -“El semejante”, “El amor que asalta” (mi favorito) “Al correr de los años” (mi otro favorito, me parecen preciosas las historias de amor anciano)- y otros críticos, duros y desesperados (“El misterio de la iniquidad”, “El estudiante”). Muchos otros contra lo que llamaban “progreso” y más aún contra la división y la lucha entre hermanos.
Y es que así era Unamuno, unos dicen que polifacético, yo creo que más bien era tan simple –lo único que quería era lo mejor para la tierra que amaba- que resulta incomprensible. Lo único seguro es su enorme talento.

Escrita hace 13 años · 4.5 puntos con 2 votos · @Tharl le ha puesto un 7 ·

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