YA UN CLÁSICO DE NUESTRO TIEMPO por GoodyAlien

Portada de LOS DETECTIVES SALVAJES

Ulises, mexicano, y Arturo, chileno emigrado político son los protagonistas de una enigmatica historia formada por cientos de pequeños relatos. Se conocen en Mexico DF como poetas con ínfulas de revolucionarios y malditos, y esta semilla les lleva a una búsqueda con un objetivo poco claro, pero en el que se van a encontrando a si mismos en sus diferentes facetas.
Los detectives salvajes es ya un clásico de nuestra época, un libro repleto de personajes que proporcionan al lector emociones y sensaciones, y van tejiendo la historia de Arturo y Ulises mediante la narración de su relación con ellos a lo largo de más de dos décadas.

El gran acierto de Roberto Bolaño en esta novela es que cada una de las pequeñas historias que forman el caleidoscopio que retrata a los dos protagonistas, es una sutil maravilla en si misma. Cada trocito de este conglomerado tiene un estilo de narración que nos va llevando de una personalidad a otra, y aunque alguna se haga cargante, dura demasiado poco para entorpecer nuestra lectura.

Precisamente la única pega que le veo al libro está en que su primera parte (de tres) no sigue ese estilo de narración. Esta primera parte de mas de 100 paginas sirve de introducción a los dos poetas, y lo hace tambien de forma indirecta, a través de las andanzas de otro personaje. Pero desgraciadamente para mi, este personaje es el que menos interesante me parece y peor me cae de todos los que aparecen en 'Los Detectives Salvajes': Un niñato pedante aspirante a poeta, que pasa de matarse a pajas, a ser arrastrado literalmente bajo las sabanas de cualquier mujer hecha y derecha que se cruza en su camino. En estas ciento y pico paginas de hablar, coger, y hablar de coger con otros habitantes del mundillo de poetas del real visceralismo se presentan algunos personajes y la situacion de partida de Arturo y Ulises. Pero me habria gustado mas (y claro, es una opinion personal) si se hubiera escrito en la mitad de paginas, o repartiendo el protagonismo entre otros personajes mas interesantes. Vamos, que yo habria prescindido de la diferenciacion estilistica que hace Bolaño entre la presentación, el nudo y el desenlace. Pero como digo, esa es mi opinión, y el maestro es él.

Me alegro mucho de haber perseverado y no haber dejado de leer a mitad de la primera parte (que estuve tentado varias veces), porque me habria llevado una impresion equivocada de Bolaño, y quizá no lo habria vuelto a leer jamás.

Escrita hace 13 años · 4.3 puntos con 6 votos · @GoodyAlien le ha puesto un 8 ·

Comentarios

@Faulkneriano hace 13 años

Pues hubiera sido una lástima... Prueba ahora con 2066, que es todavía más ambiciosa.

@_567_ hace 11 años

Bueno, ten en cuenta que el protagonista de esa 1ª parte es García Madero (un chaval de 17 años, el más joven de los real visceralistas) y como presentador de la trama me parece muy interesante ese respeto hacia sus mayores, desde su perspectiva de pipiolo, a la vez que conocemos en profundidad el campo poético, minado por la política, reinante en el D.F.
Curiosamente a mí se me hizo más denso el nudo (la parte africana sobretodo, incluso la israelita), pero coincido contigo en perseverar hacia adelante porque las sorpresas literarias con que Bolaño riega su obra son abundantes. Cada capítulo, cada persona que declara, un mundo.
En cuanto al desenlace en Sonora me ha parecido soberbio, el autor retoma el pulso en esa especie de Road Movie vital en busca del rastro de Cesárea Tinajero.

Por lo demás coincido totalmente con tu opinión, Goody. (Faulk, si lees esto, espero sumergirme pronto en esa ambiciosa 2066 de la que he oído maravillas, me tomo un respiro Bolaño, guardo estas buenas sensaciones, y vuelvo al ataque...)

@_567_ hace 11 años

2666... que seiscientos años no son nada, the fucking number of the beast!

@arspr hace un año

Pues yo soy de @Lucero... Quizá erróneamente, no veo justificación alguna en seguir sufriendo, (o lo que es peor, ni siquiera eso, sino simplemente leyendo sin ningún interés), las aventurillas y desventurillas (no puedo ni quitarles el diminutivo) de los "detectives salvajes" (bueno quizá "atigradillos" como mucho).

Aviso a navegantes incultos como posiblemente yo mismo sea.