Sinopsis
Durante 50 años, A. S. Neill dirigió en las cercanías de Londres la famosa escuela Summerhill, que ha tratado de dar un paso hacia la verdadera educación progresista: la autorregulación de los niños. A tal propósito, el sistema seguido por el autor es un punto de vista radical y las exposiciones que hace en este extraordinario libro además de atender a lo puramente teórico son el resultado de sus experiencias. Por principio, sostiene que la libertad funciona, y cree que el niño corriente no es un inválido nato, ni un cobarde, ni un autómata inconsciente, pues posee la virtud de amar la vida e interesarse en ella. Acaso sus concepciones resulten demasiado revolucionarias, un poco ajenas a las maneras tradicionales de la educación. A tal respecto, Erich Fromm afirma en el Prólogo: " Con el tiempo, sus ideas serán generalmente admitidas en una sociedad nueva en la que el hombre mismo y su desarrollo sean el fin supremo de todo esfuerzo social".
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