LA SOMBRA DE ULISES. LA SOMBRA DE UN MITO EN LA LITERATURA OCCIDENTAL

Portada del libro LA SOMBRA DE ULISES. LA SOMBRA DE UN MITO EN LA LITERATURA OCCIDENTAL

Autor
PIERO BOITANI
Título original
L'ombra de Ulisse
ISBN/ASIN
9788483073896
Género
Ensayo
Editorial
PENÍNSULA
Publicación
1992
Edición
2001
Páginas
216
Creada por
Faulkneriano

Sinopsis

El anglista y crítico literario Piero Boitani ha optado por la forma más libre del ensayo en este libro que es de investigación. Su destinatario es el “Lector Impuro”: “que conoce ya la trama y el final del relato y escoge deliberadamente una posición en el espacio y en el tiempo, en la historia y en la ideología, desde la que observar su narración”.

Ante este lector impuro, Boitani considera a Ulises “el discurso de la civilización occidental: un arquetipo mítico que se desarrolla en la historia y en la literatura” como un “logos cultural constante”. Sus rasgos -la metamorfosis y la continuidad- se explican porque constituye “el signo de toda una episteme”. Y eso es lo que el presente libro intenta analizar y describir aquí: la evolución de ese signo en todas y cada una de sus diversas fases. Boitani -que usa los conceptos de canon y de tipología- sigue a Frege en su distinción entre nombre propio y figura, e insiste en que Ulises es un signo “porque expresa un sentido y no denota un significado”. Por eso tanto los poetas como los historiadores lo “leen retórica y proféticamente como un typos” que sufre distintas interpretaciones, incluida la del “silencio del intérprete”.

Ulises se identifica hoy no con el viajero que, sustituido por el turista, ya no existe, sino con el lector, en la medida en que cada texto “contiene un misterio”. Con una base filológicamente muy sólida -que descansa en Heubeck, pero se permite volver a Walter Otto- el Ulises de Boitani descubre “el ser del haber sido” y, con ello, la conciencia de “una esencia umbrátil” que le obliga a vivir en los confines del dominio cósmico. De allí lo tomará Pound para hacerlo llegar a sus Cantos, donde la Odisea XI sirve de correlato objetivo a la situación anímica de los años 20. El Ulises de Eugamón y de Estacio, el de Teopompo y Solino, el de Polignoto y el de Licofrón es un símbolo de la “curiosidad teórica” -como la llama Blumenberg- y, por ello, un modelo del europeo o del occidental forjado por la tradición y la cultura clásica.

Homero “abre el camino a las futuras semiotizaciones” de Ulises, al convertirlo en un tipo de signo cuyo significado cambia en función de su significante y en el que cada época reconoce y encuentra el paradigma de sus valores. Hay así un futuro recordado que Tibulo nos enseña a ver y que Plotino define. Platón propone otra posibilidad: la del mito de Er. Y Joyce, la de Leopold Bloom. Boitani dedica especial atención a Dante y a su lectura de las Geórgicas y del libro VI de la Eneida, estudida por Pagliaro; recala en el cuarto de los Cuartetos de Eliot, pasa por Rilke y por Heidegger.

Boitani es muy honesto al reconocer su deuda con la sabia trilogía de Juan Gil; estudia los testimonios que mejor conoce: los italianos y los ingleses y, dentro de éstos, The Rime of the Ancient Mariner de Coleridge, tres relatos de Edgar Allan Poe y Moby Dick de Melville. Prosigue con la épica del yo, explícita en el Preludio de Wordsworth, que convierte al poeta en un Ulises romántico, y con el de Tennyson, que formula sus aspiraciones y sus quejas en un monólogo dramático. A él opone el Ulises leopardiano, un Ulises oblicuo que prefigura el de Baudelaire y el de Pessoa; un Ulises que conduce a “la Palabra, el enigma y el silencio”, que es el que reformulan D’Annunzio y Pascoli, Cavafis y Katzanzakis, Gozzano y Savinio, Giono y Walter Jens, Lowell y Brodski. Hay así un Ulises tratado en clave cómica del que se apartan Conrad y Primo Levi, como hay otro Ulises, que es el de Eliot, Wallace Stevens y Montale. Entre el Prufrock de Eliot y El Silencio de las Sirenas de Kafka, no sólo median cuatro años sino algo más: “la infundada presunción del yo” y la poesía concebida como comentario.

El libro de Boitani va más allá de la simple erudición: estudia, más que un tema, un motivo y, más que un motivo, un motor: el de la poesía entendida como conocimiento, el de la escenificación del logos y el de los distintos espejismos del yo.

Jaime Siles, EL MUNDO

6


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