Sinopsis
De tempestades vive un hombre. Dios ni siquiera muere de lucha. Lancemos, al menos, una doctrina cierta, una ruta de aire, de ciudades al amanecer. Levanta tus copas, ser dormido, subyugado, y brinda por los desheredados de las sábanas sangrientas, tal vez sangrientas de la memoria. Si acaso lloras, tus disparos sean perdonados.
Todavia no hay ninguna reseña.