Sinopsis
Esta hija única de una acomodada familia sureña de origen irlandés es contemporánea de Truman Capote, Saul Bellow y John Salinger; o sea, forma parte de la llamada “generación perdida” de la literatura norteamericana. Y es en ella donde más aparece el elemento religioso, hasta llegar a ser casi obsesivo y desquiciante. Muchos lo han atribuido a su origen irlandés, pero si esto justifica algo será tal vez su catolicismo, no sus inquietudes espirituales.
Su obra es tremendamente corta, a causa de su muerte prematura tras una larga enfermedad. No ha dejado nada más que dos novelas: Sangre sabia y Los violentos serán arrojados (desafortunadamente traducida en España como Los profetas; que a pesar de sonar algo bíblico, no es lo mismo). A éstas hay que añadir dos colecciones de cuentos: Un hombre bueno es difícil de encontrar, y su obra póstuma Todo lo que se levanta debe converger (Las dulzuras del hogar, en otra “afortunada” traducción de Lumen).
Esta oscura historia no es ni mucho menos una sátira humorística del “predicador de dólar”; es la experiencia atormentada de un hombre en búsqueda de la paz espiritual. La paranoia que Motes ha heredado de su padre, una especie de evangelista de inconfundible sabor pentecostal, parece haberle marcado una visión un tanto esquizofrénica de la fe, en la que el arrepentimiento es todo un proceso de penitencia.
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