Sinopsis
Cuando te «enfrentas» a Graham Greene tienes la certidumbre de que lo pasarás en grande. Y es que Greene son palabras mayores. Es uno de esos escritores que te inspiran respeto, uno de esos de los que piensas que escribe como los ángeles; y es que Greene es, por encima de todo, calidad y talento. Incluso en las que podrían considerarse obras «menores» del autor, como podría ser ésta, consigue cautivarte. Su fluidez y dominio de la técnica novelesca es palpable: escribe de forma directa, sin grandes alardes, pero con una precisión en las palabras y una variedad de vocabulario que asombra; después es un maestro de los diálogos: ni una palabra de más, ni una de menos; también consigue provocar en el lector las dosis necesarias de curiosidad e incertidumbre, así como lograr sumergirlo en la trama de forma irremediable, y a partir de ahí, guiarlo por los caminos que considera oportunos. El que pierde gana es una novela corta muy emotiva, evocadora y romántica, toda una declaración de intenciones, donde prevalece un gran mensaje: el dinero no da la felicidad… y menos aún el amor. En cambio sí es capaz de cambiar a las personas; a peor, por supuesto. El exceso de ambición, de materialismo, de egoísmo superficial… y sus consecuencias se ven representados en esta obra magistralmente.
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