Sinopsis
“La prosa es sólo para ideas, el verso / para visiones”, dice Henrik Ibsen en uno de los poemas que escribió y que se contienen en este libro. Y, en efecto, una actitud arrebatada y ensoñadora promueve la escritura lírica de quien es uno de los más importantes dramaturgos de la Historia, pero no menos de lo que la estimula una vitalidad procedente de una razón ya moderna. Fruto de la tensión entre polos tan opuestos, la poesía de Ibsen sorprende por el raro humor y la original ironía que segrega, tanto como por el espíritu romántico y liberador que destila.
Fueron muy variados los temas y asuntos que Ibsen trató en su producción poética, la cual se recoge aquí íntegramente. Pero toda ella se vio impulsada por el mismo anhelo de luz y de precisión: los poemas ocasionales, tan gráciles y saludables para cualquier lector, no importan su latitud ni su condición; los poemas de amor y los de libertad y esfuerzo humanos, a través de los cuales se filtra algo telúrico, una visión magmática de la vida; los poemas patrióticos, en los que alienta una épica de la derrota o de la desgracia que desacraliza lo nacional, haciendo de la patria la doméstica comunidad de unas gentes que no desean sino vivir en paz; los poemas satíricos, en los que se revela un hombre que enjuicia por el lado de la risa a sus semejantes, poniendo en ello buena parte de su propio fondo humano; los poemas de la naturaleza, que entronizan la ley de la necesidad, esa geometría del mundo que lo hace tan hermoso y tan trágico al mismo tiempo.
Al fin, el lector puede comprobar ahora por qué a Ibsen se le ha tratado siempre de gran poeta: estos poemas son el testimonio de alguien que se dejó penetrar por la vida para mejor transmitir su flanco de venganza, de crueldad y también de redención.
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