Sinopsis
Las actas completas de los juicios a Flaubert y Baudelaire no son sólo un documento histórico, ni un testimonio de época, ni mucho menos una curiosidad perdida, sino un conjunto de extraordinarias piezas de crítica literaria que fundan, en el corazón mismo de la modernidad, una discusión que atañe a la literatura y a la cultura contemporánea: apuntan a la relación tensa entre literatura y sociedad, a la pregunta por la autonomía del arte, a la interrogación por las condiciones sociales de recepción de un texto y, sobre todo, a la posibilidad de que la literatura roce la novedad, mantenga cierta intimidad con la ruptura, con lo nuevo, con aquello que viene a cambiar el estado de las cosas. Es que en los alegatos del fiscal, en los fundamentos de los abogados defensores, e incluso en los veredictos de los jurados, se juegan estrategias de política literaria capaces de señalar problemas de una vigencia inesperada. La más importante entre ellas: el surgimiento, en todo su esplendor, del narrador como institución, marcado por una distancia irremediable frente a lo narrado.
Allí reside entonces el interés de publicar El origen del narrador. Actas completas de los juicios a Flaubert y Baudelaire, en seguir planteando esas preguntas, esas dudas, ese merodeo sobre la situación de la literatura en la sociedad y en el mercado, sobre la posición del autor frente al libro y del narrador en el texto. Preguntas que la literatura contemporánea no deja de formularse, sobre las que vuelve una y otra vez.
Estamos en 1857, durante el Segundo Imperio Francés, y Flaubert, por Madame Bovary, y luego Baudelaire por Las flores del mal, son acusados de presuntas "ofensas a la moral pública y a la religión". No sólo ellos, sino también sus editores e imprenteros. Acusados, además, por el mismo fiscal, el temible abogado imperial Ernest Pinard. Sin embargo, el primero es absuelto, y el segundo condenado. Y en ese contraste se juegan las diversas estrategias retóricas de los abogados defensores, pero sobre todo, la diferente posición de autor entre Flaubert y Baudelaire: mientras en este último todavía hay un yo lírico que se asemeja a la persona del autor, en Flaubert ya hay un distanciamiento entre el narrador y lo narrado que deja indemne la figura del autor.
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