Sinopsis
Al día siguiente de nacer mi hijo me quisieron echar del hospital. La escena fue dramática a ojos de las enfermeras y supongo que de Dios santo; el bebé no paraba de llorar, Ana se paseaba con él en brazos y sorbiéndose las lágrimas, desesperada al no poder darle el pecho, y en la única cama del pequeño cuarto yo dormía desnudo y feliz a pierna suelta. Testimonios posteriores aseguraron que roncaba. Es raro porque yo ronco pocas veces, si bien las elijo cuidadosamente. [...]
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