Sinopsis
La construcción del pensamiento nunca ha sido posible desde la mera aceptación de las nociones heredadas; antes bien, cada individuo está obligado a partir de cero en la conquista de un pensar propio, cuestionando todo lo sabido (y aún más lo consabido) y comprobando por sí mismo cada supuesta verdad. En este dietario publicado con forma de blog entre diciembre de 2006 y abril de 2008, Rubén Lardín se sirve de métodos aparentemente destructivos para fundar ese pensar auténtico: desacralizar mitos, violar tabúes, atentar contra los totems de nuestra cultura y, en suma, meter el dedo en el ojo de todo lo intocable. Y aunque por momentos el frenesí alcanza cotas de orgía, de carnaval sangriento, tras el polvo que levanta cada página asistimos a la formación de nuevos modos de concebir y analizar el mundo, o si se quiere, el vasto y superpoblado mundo de Lardín, cuyos referentes van desde el cómic al cine de serie B, del porno a la literatura maldita (y la maldita literatura), del arte contemporáneo a los toros, e incluyen nombres como los de Robert Crumb, Francisco Umbral, George Bataille, Ennio Morricone, José Tomás, Roland Topor, Dario Argento o Louis Aragon: hitos de una geografía densa y compleja, accidentada siempre y siempre fascinante.
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