Sinopsis
Sin duda, El hombre y lo divino es una de las obras más extremas y definitorias de María Zambrano, la ilustre discípula de Ortega y Gasset. Situándose en el plano estricto de la filosofía, Zambrano no evita la poesía, de modo que la propia escritura es en su forma parte de la reflexión que intenta compartir. Lo cotidiano cobra en este libro una dimensión universal, porque la vida y la muerte, como referencias insoslayables del pensamiento que comienza su viaje, van incorporando los elementos que configuran finalmente nuestra propia naturaleza de seres que sueñan, de seres creadores, por tanto, capaces de modificar el paisaje de una biografía, pero también el de la Historia, a partir, como dice nuestra autora, "de una actitud". Conceptos como el de "piedad" adquieren aquí una dimensión comprometida, auspiciando una manera nueva de relacionarse entre sí los seres humanos, en la que la "indefensión compartida" pudiera ser el inicio de una convivencia generosa. En El hombre y lo divino hay caminos inexplorados, ocultos, que sólo van apareciendo a medida que los lectores se hacen activos paseantes de su territorio.
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