Sinopsis
Los cuentos de fantasmas han ejercido durante mucho tiempo una fascinación universal, pero el cuento de fantasmas literario, comparado con los relatos de tradición oral, es de origen relativamente tardío, y los primeros ejemplos aparecieron en las décadas iniciales del siglo diecinueve. Esta relación -en dos volúmenes- de cuarenta y dos relatos escritos entre 1829 y 1968 es la primera que presenta la diversidad y vitalidad de la tradición inglesa de los cuentos de fantasmas, mostrando tanto su desarrollo histórico como sus principales temas y características.
L. P. Hartley describe el cuento de fantasmas como "la forma más exigente del arte literario". El desafío, implícito en un género de preocupaciones tan limitadas, y sin embargo tan propicio a la innovación y el ingenio, y que exige a la vez una muy desarrollada habilidad técnica, ha sido aceptado por toda una suerte de escritores, "especialistas" como Algernon Blackwood y H. Russell Wakefield y, otros, como Henry James y A. E. Coppard, para quienes los cuentos de fantasmas eran sólo una parte de su obra literaria. Un buen cuento de fantasmas, aunque pueda plantear profundas cuestiones acerca de la nada y la muerte, nos entretiene tanto como nos intranquiliza, satisfaciendo así lo que Virginia Woolf llamaba "el extraño placer de tener miedo".
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