Sinopsis
En este gabinete privado, antes que museo formal, se exponen las Bellas atroces, monstruos míticos en los que la fusión de la mujer y la bestia estimula la inteligencia y la sensibilidad, porque representan el misterio, la cara húmeda de la naturaleza, un peligro, una promesa, un engaño, un oscuro objeto del deseo. En suma, un enigma y una pesadilla. La mujer ha sido vista, según cuándo y por quién, como Esfinge, Medusa o Pantera, pero también como Madre, Virgen y Amada Ideal.
Pilar Pedraza ha convencido aquí a estas inquietantes Bellas atroces, que el arte ha inmortalizado, de que se despojen un poco ante nosotros de su espesa costra opaca, y descubrimos, al contemplarlas sin prejuicios, su enorme, poderoso, inexplicable poder de seducción.
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