Sinopsis
Conocer el BDSM es penetrar en un ámbito que no deja indiferente a quien se atreve a emprender semejante aventura. Es adentrarse en un ámbito que cuestiona muchas de las categorías fundamentales que tradicionalmente sirven de legitimación de gran parte de nuestras instituciones más rígidas y blindadas a la posibilidad de revisión y adecuación a la realidad social; es inquirir la validez de nuestros conceptos de placer, juego, rol, estatus, igualdad, respeto, consenso, fantasía, y otros muchos cuyas bases creemos sólidas y bien fundadas, y que, sin embargo, la simple lectura de este libro sirve, si no para derribar, sí para poner en entredicho. En definitiva, lo que este libro puede aportar al lector lego es una concepción de la sexualidad en la que parece lícito buscar el placer de la mejor manera que sepamos o creamos que podemos obtenerlo, siempre en los límites del respeto hacia el deseo y la voluntad de los otros, claro está; una concepción de la que es incluso legítimo discrepar, así como de las vías por las que otros transitan en busca de ese inefable placer que es el goce erótico. Es pertinente rechazar el BDSM por motivos estéticos, por temor o porque se disiente de los presupuestos y valores que lo configuran y que tal vez son contrapuestos a los que nuestra educación nos ha inculcado, y al sentir general. Lo que es del todo inaceptable —al menos desde la coherencia y la responsabilidad— es rechazarlo desde su desconocimiento. Ahora se trata de que, tal como nos recuerda el viejo Tylor desde su gabinete, esas habilidades hablen por sí mismas, dándonos pistas acerca de la extraña, rica y compleja naturaleza humana.
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