Sinopsis
"Este libro se llama EL ARTE DE ENSEÑAR porque yo creo que la enseñanza es un arte, no una ciencia. Me parece muy peligroso aplicar los fines y métodos de la ciencia a los seres humanos como individuos, si bien con frecuencia puede usarse un principio estadístico para explicar su conducta en grandes grupos, y un diagnóstico científico de su estructura física es siempre valioso. Pero una relación 'científica' entre seres humanos puede ser inadecuada, e incluso producir deformaciones. Desde luego, todo maestro ha de proceder en forma ordenada al planear su trabajo, debe ser preciso en su trato con los hechos. Pero eso no hace 'científica' su enseñanza. El enseñar entraña emociones, que no pueden ser valoradas y empleadas sistemáticamente, y valores humanos, que están más allá del alcance de la ciencia. Un niño criado 'científicamente' sería un monstruo lamentable. Una amistad 'científica' sería fría como un problema de ajedrez. La enseñanza 'científica', aun de temas científicos, será inadecuada en tanto que maestros y alumnos sean seres humanos. Enseñar no es como provocar una reacción química: se parece mucho más a pintar un cuadro o componer un trozo musical. Hay que poner el corazón en ello, comprender que no todo puede ser hecho por fórmulas, o se arruinará la labor, el alumno y el maestro." Gilbert Highet
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