Sinopsis
El arte tiene su propio poder en el mundo. Sigue siendo una fuerza en el juego por el poder de la actual política mundial como lo fue alguna vez en la arena política de la guerra fría. Como afirma el distinguido teórico Boris Groys, el arte no es simplemente un inocente producto sujeto a las criterios de inclusión y exclusión impuestos por el mercado. En este libro, Groys examina el arte actual en base a su función ideológica. En sus palabras, el arte es producido y puesto ante el público de dos maneras: como una mercancía y como una herramienta de propaganda política. En la escena artística contemporánea, muy poca atención se ha puesto a esta última función.
Argumentado por la inclusión de un arte políticamente motivado en el discurso artístico moderno, Groys considera el arte producido bajo regímenes totalitarios, socialistas, y el poscomunismo. Repara en el arte hoy en boga en occidente, al cual encuentra cada vez más acorde a las normas de la propaganda ideológica: producido y exhibido para las masas en exhibiciones internacionales, bienales y festivales. El arte contemporáneo, afirma Groys, demuestra su poder al apropiarse de los actos iconoclastas dirigidos contra sí mismo: al posicionarse en simultáneo como una imagen y una critica de la imagen. En Art Power, Groy examina esta fundamental apropiación que produce el objeto paradójico de la obra de arte moderna.
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