Sinopsis
Nuestra dedicación al estudio de la obra de Agustín Espinosa y particularmente a sus dos textos máximos, Lancelot y Crimen, nos ha permitido gozar de los privilegios de dos factores claves: 1) el gran estudio previo y ya realizado por sus estudiosos y especialistas (particularmente canarios) y 2) que hemos aprovechado la difusión del escritor y poeta bebiendo en las aguas de la celebración del 70 aniversario de su muerte: 1939-2009. Es evidente que hemos evitado todo tópico y expansión de teoría surrealista en la medida de lo posible y nos hemos limitado a ojear objetivamente la obra del escritor y sus alrededores. No hemos querido repetir, sino abrir y mostrar. Reiteramos. Lo hecho queda en estas páginas. Sabemos que no es mucho, pero tal vez represente una apertura de sendas y caminos para otras vías de análisis que es de esperar encuentren adeptos y seguidores. Teniendo siempre en cuenta y limitándonos (en un mundo sediento de nuevo, novedoso y novedad) a hablar de un escritor pretérico y, por lo tanto, no sólo muerto, sino también, ¡desgraciadamente!, muy olvidado. Véase lo que sobre este tema escribe Eduardo Pedro García en su “Agustín Espinosa García”, en La Gaveta de Aguere: “Como dice el dicho, nadie es profeta en su tierra. Aún hoy este ilustre hijo del Puerto de la Cruz, está en el anonimato sin un monumento o busto en nuestra ciudad que lo recuerde”. Ángel Díaz Arenas.
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