Sinopsis
No faltan en el mercado obras dedicadas a promover el buen uso del idioma. Pero ninguna como esta. Con rigor y humor, este divertido "bestiario de desafueros lingüísticos" sale al rescate de nuestra maltratada lengua siguiendo la consigna platónica de que aprender es recordar. Y todos recordamos la primera lección que aprendimos de nuestra madre: "¡Eso no, caca!". El mismo y eficaz mecanismo articula este libro, que nos enseñará a detectar y evitar las que ensucian nuestro idioma.
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