REALIDA PARALELA por Guille

Portada de EL JARDÍN DE LA SEÑORA MURAKAMI

Una narración breve (50 páginas) en el que cada palabra, cada frase, cuenta, cada párrafo encierra algo importante y todo se dice desde una estética minimalista muy acorde con este relato que bien pudiera ser una obra traducida del japonés, pero no lo es; que bien pudiera transcurrir en Japón, pero no lo hace, en el que los sentimientos apenas se hacen explícitos y aquellos que se expresan se hacen siguiendo normas tradicionales estrictas y sin sentido o con un sentido ya olvidado, como los muchos rituales que deben seguirse hasta en los actos más familiares.

Bellatin expresó en una entrevista, «Yo quiero lograr transitar por una realidad paralela a la cotidiana y que el lector se salga del mundo real y entre a este universo que no es el mundo de todos los días, deslavado y aburrido». Y es norma de la casa esa introducción en mundos casi idénticos al nuestro, donde sabemos que existe un Tokio o un NY aunque no sepamos donde transcurre el relato, donde luchan por la preeminencia artística y políticosocial dos grupos antagónicos como son los Conservadores radicales y los Modernos a Ultranza; donde los esponsales se sellan con ombligos de bebé; donde existen juegos ancestrales y clandestinos donde los participantes corren grave peligro de muerte; donde en años bisiestos se organizan cacería de orugas en las que llevar la cara desnuda es mala señal, como también lo es que una bombilla ilumine obras de arte antiguas; donde hay casas diseñadas con habitaciones para suicidas, ilusiones ópticas, fantasmas, presagios, sombras que ocultan o a las que nuestros ojos deben acostumbrarse para ver lo que desde allí nos mira. Un mundo en el que hay restaurantes en los que se ofrece la carne recién cortada de un pez que es devuelto descarnado pero vivo a una pequeña pecera que permanece sobre la mesa. “La comida debía durar el tiempo exacto que tardaba el pobre animal en nadar y morir.”(*)

En este escenario, Izu, una mujer que, sin romper de forma radical con la tradición más ortodoxa, se inclina por una apertura a nuevos caminos artísticos y sociales, es víctima de una cruel venganza por parte de su marido al que acepta tras una trascendental decepción.

(*) Esta desagradable e inquietante escena, con otros protagonistas, aparece también en el siguiente relato del libro en el que estoy leyendo todas estas narraciones (Obra reunida, Alfaguara), BOLA NEGRA, relato que también pudiera haber sido una nota a pie de página más, de las muchas que contiene la narración del jardín, en la que se nos explicase la cruel tradición por la cual los señores de una casa no podían llevar vida marital hasta que la servidumbre no perdiera el último de sus dientes y se unieran a la Caravana de los Seres Desdentados donde morirían de inanición. En este relato, el entomólogo Endo Hiroshi declara la guerra a su estómago tras soñar que este, con una descontrolada voracidad, hace desaparecer sus brazos y piernas.

Si, sería una nota a pie fantástica, tanto como esa otra donde se nos da el significado de la palabra -¿japonesa?- otsumuru: palabra que se refiere a un final que es en realidad un comienzo.

Escrita hace 9 años · 5 puntos con 1 voto · @Guille le ha puesto un 8 ·

Comentarios

@Faulkneriano hace 8 años

Ya puestos, también podia contarse por qué jugar a las tres piedras blancas y negras puede llegar a ser mortal en este Japón que es y no es (aún recuerdo mi sorpresa cuando vi que no era)

Muy buena reseña. Tu segundo párrafo relata muy bien lo narrado en esta curiosa novella.

@Guille hace 8 años

Gracias Faulkneriano.

Curioso que coincidamos tanto en algunos libros, incluso tan particulares como son estos de Bellatin, y discrepemos tanto en otros. Misterios del gusto, a pesar de todo lo que se ha escrito sobre él.

@Faulkneriano hace 8 años

No sigo con Bellatin porque mi mujer me ha quitado el libro de las manos. Pensé que iba a leer solo Salón de belleza, pero sigue y sigue. Otra lectora ganada para la causa.

El jardin... me pareció menos concentrada, más explicitamente posmoderna con ese juego de notas y referencias (falsas) Un punto menos fascinante que las anteriores. ¿Lo de Murakami será una pulla?

@Guille hace 8 años

Por un momento pensé que tu mujer requería de tus servicios, muy deficientes desde que empezaste el libro, pero mi sorpresa es aun mayor al saber que también a ella le ha gustado Bellatin. Aunque, realmente, no debería sorprenderme en una lectora de Munro.

Pues este es uno de los que yo destacaría, pero no te lo tendré en cuenta.

No descarto lo que dices de Murakami, pero vete tú a saber, que este tío es muy raro.