WATSON, HOLMES Y SU LUPA por sedacala

Portada de EL SABUESO DE LOS BASKERVILLE

Arthur Conan Doyle mantiene, a día de hoy, una gran difusión popular; sus historias han sido llevadas al cine y a la televisión con tanto éxito, que el número de adaptaciones ha llegado a ser altísimo. Esto ha desarrollado en la mente de los espectadores, un estereotipo de su obra, que no toma como base directa sus libros, sino las imágenes características de Watson, de Holmes y de su lupa, tal cual salen en la pantalla. Cuando un miembro de esa legión de espectadores, decide incorporarse a la categoría, mucho menos numerosa, de lector; se encuentra con la sorpresa, de que estas historias, que uno creía que eran modestas novelas de evasión, son a la vez, obras de una magnífica calidad literaria.

Enseguida se descubre con su lectura, que por bueno que haya sido el resultado fílmico, el literario es, en algún caso igual de bueno y casi siempre mucho mejor. De hecho la lectura de sus obras, nos hace pensar que estamos ante el creador de la fórmula primigenia del género policiaco; la resolución del enigma será mejor o peor, según la novela de que se trate, pero el esquema es una creación suya y contiene las claves para captar inmediatamente la atención del lector. En esta novela en particular, la trama está, bastante bien resuelta; quizás, algunos efectos están hoy un poco trasnochados, son, tal vez demasiado decimonónicos; pero aún con esa relativa ingenuidad, funcionan perfectamente y se leen hoy, con el mismo interés que en su época.

Ahora bien, independientemente de los resortes o mecanismos de argumento utilizados para resolver la trama, lo que yo valoro más de esta novela y supongo extensivo al resto de novelas policiacas de Conan Doyle, es la creación del ambiente en que se desenvuelve la narración; el talante que tienen los personajes, tan británico y tan formal; esa minuciosidad que persigue Watson a base de exquisito cuidado en los detalles y aplicación de la más rigurosa racionalidad, minuciosidad que luego se derrumba totalmente desbaratada, cuando Holmes aplica su apabullante inteligencia. También esos paisajes yermos y sombríos, esos trenes, esas mansiones en la Inglaterra rural, tantas y tantas cosas que parecen crear ese marco tan serio. Todo este mundo, está tan bien traído, que te sitúa inmediatamente en ese escenario que tan bien nos imaginamos; se diría que es su escenario natural, aquel en el que mejor encajan estas historias. Aquí todo esta colocado para conseguir crear suspense y para no distraer con detalles innecesarios, a no ser, que éstos, tengan interés para la trama; eso no lo sabemos en el momento, aunque lo normal es que, si se dejan caer detalles, no sean gratuitos, para algo servirán. Y así se entra poco a poco en un juego en el que, significativamente, ni el lector, ni el autor, ni casi, casi ningún personaje, le da a la muerte, la trascendencia moral y ética, que lógicamente tiene. Los sentimientos de familiares y amigos de los asesinados, no parecen tener mucha importancia, lloran un poco, se les dan las condolencias y a correr, o mejor dicho a pensar en quien es el asesino. Se prescinde de esos sentimentalismos, no se hurga en el dolor y se pasa a considerar esa muerte como un frío ejercicio de disección, casi como un juego, en el que las claves son, el como y el porqué. Esa inquietud queda por fin satisfecha al revelar Holmes, como encajan las piezas del complicadísimo puzzle, y dando todos (menos el asesino, claro) un suspiro de alivio, al fin, todo queda resuelto.

Conan Doyle parece el inventor de esta formula, Wilkie Collins un antecesor influyente, Agatha Christie la que lleva el sistema a su máxima expresión y los que vienen detrás, que son miles, practican variaciones sobre el mismo tema, más o menos afortunadas. Es seguro que Edgar Allan Poe, pudo influir sobre todos ellos, como lo hizo, sobre tantos otros escritores, pero su influencia es más genérica, menos concreta.

Escrita hace 13 años · 4.7 puntos con 6 votos · @sedacala le ha puesto un 8 ·

Comentarios

@Tharl hace 13 años

Muy buena reseña, como tantas otras, me dan ganas de leerme el libro o releermelo si ya lo hice. En este caso hasta de darle una segunda oportunidad a Holmes, pero hay una cosa que me ha chocado muchísimo. Es la última frase. De veras crees que la influencia de Poe en A.Conan Doyle y de Dupin en Holmes es solo genérica? Yo la veo mucho más marcada y concreta, y no solo porque ambos mamen de la misma frialdad.

@sedacala hace 13 años

Pues, sí señor, tienes razón, veo en Internet que esa influencia es mucho más concreta de lo que yo creía. Y es que, para mí, Edgar Allan Poe es casi un desconocido, de ahí mi desconocimiento del tema. Lo poco que he leído suyo no ha tenido nada que ver, con lo de Dupin y su influencia me parecía existir, sólo, en cuanto tienen de oscuros y un poco tenebrosos sus relatos.
La cuestión, es que las historias de Allan Poe no me gustan, de siempre ha sido así y no sabría explicar bien porqué. Así que, le tengo ahí en el cajón de mis escritores malditos, junto con Conrad, Borges, Benet y algunos otros; me refiero, naturalmente a los que sé positivamente, que son muy buenos, pero cuya escritura, mi cerebro no puede, o no sabe disfrutar.

@Tharl hace 13 años

A mi Poe tampoco me gusta demasiado (depende mucho del relato), es de esos autores que sé que no disfruto tanto como debería por ser incapaz de aprovechar bien su lectura, creo que se debe a mi poca costumbre de leer relatos.
En especial los de Dupin son los que menos me agradan, por su frialdad, y por otros elementos que también comparte con Holmes. Por eso te recomendaría darle una oportunidad a Poe con estos relatos que en mi opinión tienen poco que ver con los otros -bastante mejores-..
Si te gusta Holmes y dado su gran parecido y la enorme influencia de Poe en él, creo que te gustaran y hasta te atreverias de sacar a Poe del cajon maldito =), aunque solo sea por el enorme precedente que supuso a la novela policiaca.

@Faulkneriano hace 13 años

Buen comentario, Sedacala. Sigo creyendo que Conan Doyle es mejor cuentista que novelista, pero El sabueso es una buena novela... Y la versión de Terence Fisher para el cine, con el gran Peter Cushing, una buena película.