Sinopsis
La Reforma y la Contrarreforma pusieron fin a 1500 años de cristiandad en Occidente. Durante milenio y medio, la Iglesia de Roma ejerció su hegemonía en Europa occidental. El Papa era la cabeza de la Iglesia; con la Reforma iniciada por Martín Lutero —en Alemania— el cristianismo se diversificó en diversas iglesias; el Concilio de Trento (1545-1563) reformó al papado y a la Iglesia católica. Ésta se convirtió en una denominación; dejó de ser la Iglesia para convertirse en una Iglesia. La Reforma protestante y la Contrarreforma católica son dos expresiones del ser cristiano en la modernidad. La Reforma y la Contrarreforma respondieron —cada una a su manera— a las aspiraciones del hombre moderno que buscaba una vivencia de la fe más personalizada y afectiva. El cristianismo medieval favoreció más lo comunitario e intelectual en la vivencia de la fe.
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