Sinopsis
Como el carro de Tespis, la Escuela del dolor humano surgió de un personaje mítico: Lin Pao, autor de obras teatrales e inventor –trescientos años antes de los daguerrotipos- de un juego de espejos capaz de fijar la imagen, como en una fotografía. Para fijar el momento se elige el instante, mudo y preciso, del dolor; cada imagen se desarrolla en una obrilla teatral que busca dar sentido a una opresión constante. Cuando el Estado vuelve irrespirable el ambiente, los individuos enmudecidos por la historia se las ingenian para dar cabida a formas populares y espontáneas de la catarsis. Surgen escuelas populares que mezclan imágenes clásicas con acontecimientos actuales, sin distinción de época ni noción histórica alguna: la crueldad en la plaza pública de la china imperial se transforma en una equipo invencible de voleibol; la prohibición reciente de tener más de dos hijos halla su transfiguración en una luminosa parvada de hombres pájaro; una mujer desnuda bajo cuya responsabilidad queda el destino de los infantes; la luz surge de los pies del padre y los aparatos ortopédicos cuando adquieren la seductora belleza del maquillaje para el embellecimiento del hijo y, en resumen, la noticia de que , como dijo Lin Pao, el dolor es un instante; su permanencia, una representación.
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