Sinopsis
En 1967 Carlos A. Ferro, por ese entonces diplomático argentino, viajaba por América Central en busca de pruebas y testimonios que apoyaran su teoría de que los colores del pabellón argentino habían influenciado en las banderas de varios países centroamericanos. Esa tesis, por supuesto, la expondría en LA BANDERA ARGENTINA: INSPIRADORA DE LOS PABELLONES CENTROAMERICANOS. Pero durante ese trabajo de investigación, Ferro no pudo evitar involucrarse de algún modo en la cuestión de las Islas Santanillas, también llamadas Islas del Cisne, que aunque innegablemente pertenecían a Honduras, eran pretendidas como suyas por los Estados Unidos.
Ferro se apasionó por el caso, viendo sin duda un paralelismo entre el caso de las Santanillas con el de las Malvinas, y en este libro repasó la cuestión, defendiendo decididamente los derechos de Honduras. En 1972, por fin, Estados Unidos renunciaría a sus pretensiones sobre las Santanillas, y más allá de la necesaria solidaridad que, en toda circunstancia, debería unir a los países latinoamericanos frente a las eternas potencias usurpadoras, la exposición de Ferro hace que el lector argentino se sienta especialmente satisfecho por ese triunfo.
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