Sinopsis
Este libro es un regalo compartido. Por una parte es una fiesta para los silviófilos y trovadictos que han acompañado sus canciones, en algunos casos durante décadas, disfrutando, reflexionando, sufriendo, aprendiendo, amando o maldiciendo. Y por otro lado este libro es también parte de una fiesta íntima, en minúsculas pero internamente enorme, con la que se celebró el cumpleaños sesenta del trovador
Tú me recuerdas el prado de los soñadores,
el muro que nos separa del mar si es de noche.
Tú me recuerdas, sentada,
ciertos sentimientos
que nunca se sabe qué traen en las alas:
si vivos o muertos.
Me quito el rostro y lo doblo
encima del pantalón:
si no he de decir tu nombre,
si ajeno se esconde,
no quiero expresión.
Suelen mis ojos tener como impresos
sus sueños risueños.
Tú me recuerdas las calles de la Habana Vieja,
La Catedral sumergida en su baño de tejas.
Tú me recuerdas las cosas, no sé, las ventanas
donde los cantores nocturnos cantaban
amor a La Habana.
Esto no es una elegía,
ni es un romance, ni un verso,
más bien una acción de gracias
por darle a mis ansias
razón para un beso,
una modesta corona
encontrada en la aurora.
Tú me recuerdas el mundo de un adolescente,
un seminiño asustado mirando a la gente,
un ángel interrogado,
un sueño acostado,
la maldición, la blasfemia de un continente
y un poco de muerte.
Ordenar por Nuevas | Antiguas | Mejores | Peores
TÚ ME RECUERDAS EL MUNDO DE UN ADOLESCENTE por @jjsj hace 6 años
El autor de esta reseña ha indicado que contiene spoiler, mostrar contenido.