HAMLET EN BARCELONA por Faulkneriano

Portada de EL TRIUNFO

Rompo una lanza por una novela relativamente nueva, al menos para mí, que ando siempre a vueltas con escritores muertos. Casavella también murió, en diciembre de 2008, cortándose una más que prometedora carrera. Además de ésta he leído tres novelas suyas y todas son excelentes, lo que hace su pérdida más dolorosa.

Esta primera novela, llena de entusiasmo, es un primer borrador de la atmósfera y los modos narrativos de El día del Watusi, su obra mayor, y no sólo por su longitud. Aparece la periferia de Barcelona (aquí a fines de los 80, allí en pleno tardofranquismo) y se procede a convertir en mitos a personajes algo lumpen y canallescos (aquí El Gandhi y el Guacho, allí el Watusi del título, una de las figuras más poderosas, por sugerida, de la reciente novela española) Hasta aquí podía pensarse en el mejor Marsé. La obra se beneficia de un doble registro muy paródico: uno, muy coloquial, el del narrador Palito (un verdadero hallazgo por su frescura e inmediatez) y otro hinchado, relamido, hiperbólico, a medias entre lo rancio y lo poético, muy difícil de hallar y sostener y muy agradecido de leer (el del violento, autodidacta y cruel Gandhi) Es una apuesta rigurosa, muy medida, difícil para un escritor tan joven (27 años) por lo que tiene de contención expresiva.

Luego está una segunda lectura, muy curiosa: la obra es, a su manera, una reelaboración en toda regla de Hamlet. Repárese si no en su argumento: El Guacho, un prometedor "rey" de la rumba, es torturado, expulsado de su barrio y empujado a morir en la mendicidad por la mala voluntad de un ex legionario cruel, el Gandhi, verdadero dueño del cotarro, que está enamorado de su mujer del cantante y tiene una extraña relación con el hijo de éste, el Nen, al que protege y vigila alternativamente. El Nen jura vengarse de Gandhi y, con el involuntario concurso del Palito y sus amigos rumberos, consigue despojarle de su "reino", entregando el barrio a la mafia de magrebíes y africanos (seamos políticamente correctos: no es lo que se dice en el libro) que se hace finalmente con el control del Barrio. Los que conozcan bien la obra de Shakespeare encontrarán: una versión a lo chunguito del To be or not to be, de lo más curioso que he leído en años; una trasposición lumpen de la escena de Hamlet sugiriendo a los actores lo que deben representar en la fiesta del rey (aquí Nen les da a Palito y los suyos la letra de una rumba para que la canten en una boda, que viene a cumplir el mismo objetivo); un dolorido Polonio, un impetuoso Laertes y una Ofelia un poco casquivana (entreténgase el lector en identificarlos; no le costará mucho); un duelo final, aquí en un cochambroso parking, con profusión de muertes... Y no sigo por no ser aburrido.

La novela se desenvuelve con brillantez, mezclando ambientes canallescos y referencias más que cultas, de modo indirecto, nada enfático, a un ritmo verdaderamente conseguido. Sería divertida si no contara tantas tragedias, y trágica si el narrador no tuviera tanta retranca, quizá involuntaria (de nuevo la mezcla de géneros que tanto gustaba a Shakespeare) ¿Quién da más por una primera novela, por cierto nada larga? Anímense, lectores, y den una oportunidad a este autor que, pese a su temprana muerte, no debe ni mucho menos ser olvidado.

Escrita hace 13 años · 5 puntos con 5 votos · @Faulkneriano le ha puesto un 8 ·

Comentarios

@_567_ hace 12 años

Uff, has conseguido despertar mi curiosidad con esta novela por múltiples motivos que ahora serían muy largos de explicar, casi que espero a ver si consigo encontrar la novela en la biblioteca o en alguna librería, supongo que sí, y vuelvo a pasar por aquí...
Una recomendación, por si no los conoces, por aquello de la asociación shakesperiana urbana con Barcelona como escenario, curiosísima por cierto: Raúl Nuñez (fallecido también pero con un gran talento en lo que dejó escrito) y Kiko Amat (vivito y coleando...).

Salut!

@Guille hace 7 años

Un escritor que yo acabo de descubrir tras leer la primera parte de "El día del Watusi". Bajo el influjo de esta experiencia, porque es verdaderamente una experiencia, yo también os animo a la lectura de su obra.

@_567_ hace 7 años

Ese robarle el tiempo a todas las obligaciones del mundo para leer “El día del Watusi”, OBRA MAESTRA, y esto lo digo mientras voy transitando por la pág.82… lo bueno es todo lo que podáis imaginar y mucho más (en mi caso la ilusión que me hace pensar que todavía me quedan como 800 páginas aprox. por delante), lo malo, por decir algo, es lo que pesa el tocho de marras para cargarlo todo el día a cuestas pero bien vale la pena el sacrificio para poder coronar esta magna experiencia literaria. ¡No os lo perdáis, de verdad de la Wena, con W de Watusi!

Otra cosa Wena, también gran noticia, es que Anagrama ha decidido reeditar toda la obra de Casavella y eso es muy bueno porque así podrá llegar a mucha más gente… ¡los genios nunca mueren! y de eso sabe mucho Jorge Herralde su ‘nuevo editor’.

Por cierto, Guille, ¿Qué edición estás leyendo? Todo un pelotazo coincidir contigo en esta lectura!!!

@arspr hace 7 años

Parece que me voy a tener que reservar ya al tal Watusi.

@Guille hace 7 años

Pues sí que es curiosa la coincidencia, Krust. Yo estoy con la edición de Anagrama y también he terminado entusiasmado con esta primera entrega. Espero que eso no me pase factura en las dos siguientes.

@Volsung hace 7 años

Interesante

@Tharl hace 7 años

Uh, se me debió pasar esta reseña de allá cuando Faulkneriano las escribía (hecho de menos descubrimientos como este). No sé Marse, pero a mi lo que decis me recuerda mucho a Mendoza: Barcelona, retorcimientos del lenguaje como los de su detective sin nombre, lumpen, mezcla de lo polpular y lo culto... Mendoza ha sido Premio Cervantes, ¿habrá animado a la rendición de Herralde?
Aun quedan dias de feria del libro en Madrid... no descarto pasar por la caseta.