EL DEBER DE ESCRIBIR por Hamlet

Portada de SI ESTO ES UN HOMBRE

Sobrecogedor y valiosísimo testimonio en primera persona de Primo Levi y su estancia en el campo de concentración de Auschwitz. Independientemente de su sobriedad y corrección estilística, el libro permite al lector actual adentrarse, ni que sea mediante el poder recreativo de las palabras, al desgarrador día a día de los prisioneros de un Lager. Una reconstrucción dura, fidedigna, contundentemente real, pero tremendamente necesaria de uno de los mayores horrores concebidos y ejecutados por mentes humanas (sí, humanas, de ahí la necesidad de su recuerdo para su no repetición). Después de leer el testimonio de Levi uno entiende la necesidad de su cometido, su deber de narrar fielmente lo acontecido. Levi cumplió con su deber y pienso que ahora nos toca a los demás cumplir con el nuestro: leerlo. Nunca con un libro había tenido la sensación de que su lectura o no lectura no dependía de mis apetencias o gustos personales del momento, sino de una honda obligación moral. Como ya advertía Maquiavelo, el enemigo vuelve rapidamente en cuanto olvidamos su rostro y Levi como tantos otros sabían de ello de ahí su enorme esfuerzo al rememorar lo que cualquier otro desearía poder olvidar. Recordar a Adorno cuando decía que después de Auschwitz ya no podía escribirse poesía. Cómo hacerlo si la inocencia humana se había perdido para siempre?? Cómo hacerlo cuando la función del arte a partir de ese momento debía ser otra??
Si esto es un hombre
Los que vivís seguros
En vuestras casas caldeadas
Los que encontráis, al volver por la tarde,
La comida caliente y los rostros amigos:
Considerad si es un hombre
Quien trabaja en el fango
Quien no conoce la paz
Quien lucha por la mitad de un panecillo
Quien muere por un sí o por un no.
Considerad si es una mujer
Quien no tiene cabellos ni nombre
Ni fuerzas para recordarlo
Vacía la mirada y frío el regazo
Como una rana invernal.
Pensad que esto ha sucedido:
Os encomiendo estas palabras.
Grabadlas en vuestros corazones
Al estar en casa, al ir por la calle,
Al acostaros, al levantaros
Repetidselas a vuestros hijos.
O que vuestra casa se derrumbe,
La enfermedad os imposibilite,
Vuestros descendientes os vuelvan el rostro. (Primo Levi)

Escrita hace 13 años · 4 puntos con 2 votos · @Hamlet le ha puesto un 7 ·

Comentarios

@Poverello hace 10 años

Difícil se hace hablar de literatura mientras y después de leer “Si esto es un hombre”. Como bien dices, Hamlet, lo crucial no parece que haya de ser detenerse en el estilo o calidad de Levi al mostrarnos los horrores vividos en primerísima persona. Me resulta absolutamente increíble que este señor fuera capaz de escribir esto menos de un año después de su liberación y reconversión a ser humano. Tal vez por esa experiencia desgarradora no hay más remedio que dar la razón a Adorno en la frase suya que empleas: “después de Auschwitz ya no puede escribirse poesía”. Pero lo más pasmoso es precisamente el estilo casi de diario personal y meramente descriptivo de las atrocidades: metódico, seco, pragmático... que anuncia una y otra vez la verdad explícita del título de la obra y a la que varias veces hace alusión a lo largo de la novela: “destruir al hombre es difícil, casi tanto como crearlo; no ha sido fácil, no ha sido breve, pero lo habéis conseguido, alemanes”. No hay adjetivos calificativos que afloren espontáneamente a mis labios; Levi resume la asunción del terrible destino con un párrafo sobre uno de tantos compañeros que pasaron por el Lager: “me contó su historia, que he olvidado hoy, pero era una historia dolorosa, cruel y conmovedora; porque así son todas nuestras historias, cientos de miles de historias, todas distintas y todas llenas de una trágica y desconcertante fatalidad”.
Terminando las páginas, este que suscribe, metódico en la duda acerca de ciertas realidades sobre el Holocausto (recomiendo al respecto leer el ensayo “Las mentiras del Holocausto”), acierta a comprender con docilidad extrema que, más allá del uso político que el auge del sionismo hiciera del desastre a partir sobre todo de los década de los sesenta del siglo pasado, esta obra fue escrita en 1946, y me la trae al pairo si son ciertos los banales datos de si es o no imposible que fallecieron 6 millones de judíos en los campos de exterminio o “sólo” fueron como máximo un millón. Si un solo ser humano ha sido conminado de la forma cruel y severa de esta páginas amorales a creer que no lo es no hay salvación ni excusa viable. Lo único que se acerca en pasmo a este testimonio en lo que a mi conocimiento limitado se refiere se llama “Memory of the Camps”, un poco conocido documental realizado por el Ministro de Información británico Sidney Bernstein en 1945 -pero montado, planificado y guionizado por Hitchcock- que cámara en mano grabó la liberación de los campos de exterminio por los aliados. Tan brutote que no vio la luz pública hasta 1985.

Hay veces que la literatura, aunque sea buena, no es lo más importante.

@Poverello hace 10 años

Difícil se hace hablar de literatura mientras y después de leer “Si esto es un hombre”. Como bien dices, Hamlet, lo crucial no parece que haya de ser detenerse en el estilo o calidad de Levi al mostrarnos los horrores vividos en primerísima persona. Me resulta absolutamente increíble que este señor fuera capaz de escribir esto menos de un año después de su liberación y reconversión a ser humano. Tal vez por esa experiencia desgarradora no hay más remedio que dar la razón a Adorno en la frase suya que empleas: “después de Auschwitz ya no puede escribirse poesía”. Pero lo más pasmoso es precisamente el estilo casi de diario personal y meramente descriptivo de las atrocidades: metódico, seco, pragmático... que anuncia una y otra vez la verdad explícita del título de la obra y a la que varias veces hace alusión a lo largo de la novela: “destruir al hombre es difícil, casi tanto como crearlo; no ha sido fácil, no ha sido breve, pero lo habéis conseguido, alemanes”. No hay adjetivos calificativos que afloren espontáneamente a mis labios; Levi resume la asunción del terrible destino con un párrafo sobre uno de tantos compañeros que pasaron por el Lager: “me contó su historia, que he olvidado hoy, pero era una historia dolorosa, cruel y conmovedora; porque así son todas nuestras historias, cientos de miles de historias, todas distintas y todas llenas de una trágica y desconcertante fatalidad”.
Terminando las páginas, este que suscribe, metódico en la duda acerca de ciertas realidades sobre el Holocausto (recomiendo al respecto leer el ensayo “Las mentiras del Holocausto”), acierta a comprender con docilidad extrema que, más allá del uso político que el auge del sionismo hiciera del desastre a partir sobre todo de los década de los sesenta del siglo pasado, esta obra fue escrita en 1946, y me la trae al pairo si son ciertos los banales datos de si es o no imposible que fallecieron 6 millones de judíos en los campos de exterminio o “sólo” fueron como máximo un millón. Si un solo ser humano ha sido conminado de la forma cruel y severa de esta páginas amorales a creer que no lo es no hay salvación ni excusa viable. Lo único que se acerca en pasmo a este testimonio en lo que a mi conocimiento limitado se refiere se llama “Memory of the Camps”, un poco conocido documental realizado por el Ministro de Información británico Sidney Bernstein en 1945 -pero montado, planificado y guionizado por Hitchcock- que cámara en mano grabó la liberación de los campos de exterminio por los aliados. Tan brutote que no vio la luz pública hasta 1985.

Hay veces que la literatura, aunque sea buena, no es lo más importante.

@Hamlet hace 10 años

Completamente de acuerdo con tu interesante y atinado comentario, Poverello. Tomo buena nota del libro "las mentiras del holocausto" y del documental.

Un abrazo, amigo.