Notas sobre 'Gerona' por Tharl

Portada de GERONA

Ya que en su momento escribí una reseña de cada Episodio… Esta vez seré breve.

Que el protagonista de 'Gerona' sea Gabrielillo o Andresillo tanto da, porque está narrado exactamente igual por la misma voz narradora y con un trasunto del mismo protagonista. No es que importe, pero es divertido cómo Galdós trata de justificar lo que se nota que para él era un incordio que rompía la unidad de sus episodios. Lo interesante es esta necesidad en sí misma de justificar lo injustificable. Galdós sigue escribiendo como los clásicos: con un estilo alto y bajo según la materia, con una idea retórica de la escritura y obsesionado por la unidad. Pero el material realista del que escribe no deja de desafiar ese sistema literario con una diversidad irreconciliable de voces, impresiones y paradojas donde lo más alto se encuentra en lo más bajo y viceversa. La escritura de Galdós representa un esfuerzo constante por lidiar con esto e incluir la diversidad en una narración decimonónica y aligerar el encorsetamiento de los estilos con la ironía: los humildes, ignorantes y pillos hablan con el estilo alto y viceversa, con sorna y afectación, pero con ternura por parte de Galdós al transfigurarlos. Galdós sabe que para ello debe forzar la realidad y necesita constantemente de justificaciones (mal) o la ironía (bien). Mola porque todo ese esfuerzo de la novela decimonónica por refrenar cualquier fuga o ruptura saltará por los aires solo 50 años después en una orgía de la fragmentación. Galdós se habría llevado las manos a la cabeza.

Bueno, a la novela. 'Gerona' es el complemento de 'Zaragoza'. Lo que allí era una trama política sobre la lealtad patriótica o el interés individual; aquí es una trama privada entre el egoísmo de la supervivencia y el patriotismo. Allí el personaje era la ciudad y el sitio en su vertiente militar, aquí todo sucede casi en las mismas cuatro paredes y el sitio se reduce a las penurias del hambre y la enfermedad. Allí el conflicto remitía a Shakespeare porque era dramatizado en tanto dos posiciones enfrentadas con una trama amorosa de mediación; aquí remite más bien a Cervantes porque el conflicto es patético, sin otro desarrollo que la intensificación hasta llegar a la transfiguración: de unos ratones por Napoleón y la guardia imperial, de Nomdedeu por un gato salvaje y de él y Andresillo en dos homicidas.

Como la emoción en 'Gerona' pertenece al ámbito de lo privado, recurre también mucho más al patetismo, y la figura que forma Nomdedeu con su hija enferma es de folletín malo. Pero la figura de Nomdedeu transciende todo este patetismo. Es la contrapartida patética del general Mariano Álvarez: ambos sacan fuerza de flaqueza y tienen una voluntad asesina para lograr sus fines: "sepan los que ocupan los primeros puestos, que los que están detrás tienen orden de hacer fuego sobre todo el que retroceda".

No pretendo decir que Galdós trate de socavar la hagiografía de quien debió ser un tirano y se le convirtió en héroe nacional, pero igual que en Zaragoza da una idea de las gestas militares mucho más ambigua de lo que querría una reivindicación patriotera de los episodios. Al fin y al cabo la magia de Galdós está en crear estas ambigüedades irresolubles que en su madurez definen al personaje de Nazarín o de Ramón Villaamil en ‘Miau’. Para Galdós Zaragoza y Gerona son gestas nacionales, pero al mismo tiempo son también un desastre goyesco: el heroísmo no tiene nada de noble, sino de desesperación y locura.

...pues no he sido tan breve,

Escrita hace 2 años · 0 votos · @Tharl le ha puesto un 7 ·

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