Canónico para lo bueno y para lo malo por arspr

Portada de VIOLETAS DE MARZO

Por ciertas referencias cruzadas me apetecía meterme con este ciclo de Berlin Noir por un autor del que desconozco todo salvo "Una investigación filosófica", en la que escribí un comentario a una reseña del desaparecido Krust, que, releyéndola (no me acordaba demasiado de mis sensaciones sobre aquel libro), me reafirma en mis impresiones sobre este libro.

Esta es una novela canónica de detectives en la novela negra de nuestro imaginario que, no sé muy bien ni cómo, (no soy historiador ni literato), se fue tejiendo en la primera mitad del siglo XX. Así pues tenemos un tipo duro macho-machote con gabardina y sombrero, sarcástico e irónico, que bebe y fuma más de la cuenta, por supuesto con moral intachable en el fondo aunque no en la superficie, que saltando de pista en pista pues va desenredando la madeja hasta que se acaba el libro. Y además se aprovecha bastante bien, (aunque por ahí he leído que hay algún que otro error histórico), para ilustrar de fondo las miserias de una sociedad que votó y aupó a su propio demonio (como siempre suele ocurrir de una u otra forma cuando se ve desde lejos con suficiente perspectiva, aunque parezca incomprensible a corto plazo y en caliente).

Si te gusta este tipo de novela, pues te encantará, porque la verdad es que poco se le puede achacar. La hechura es perfecta y las puertas, misterios y nombres de personajes a tutiplén, se van desvelando y abriendo uno tras otro y siempre con las referencias justas para que el lector esté casi perdido, pero no lo esté en realidad, de manera que el caso se resuelva de manera coherente y sin (aparentes) deus-ex-machina salvadores del protagonista y del puzle tejido.

Pero si no eres especial fan del género, pues todo es como que demasiado predecible. No en la gestación concreta del caso y novela en particular sino en los paisajes, curvas, frenazos y acelerones que ya te esperas que te vas a encontrar por su propio molde. Y ya sabes que el protagonista se va a encontrar con personajes históricos de la época. Y ya sabes que además del aparente crimen personal de turno hay algo más que involucra a más altas esferas. Y ya sabes que en algún momento se va a reflexionar sobre lo podrida que está su sociedad, pero oye hay que sobrevivir. Y ya sabes que por algún misterio misterioso siempre aparece el siguiente hilo para tirar y además es justo el prota el que lo ve y no el resto de la policia/investigadores porque si no se te acaba el libro. Y ya sabes que en algún momento al macho-man le van a forrar a guantazos. Y ya sabes que, incluso tras los guantazos, el tipo se puede permitir respuestas super cool y super irónicas que en la Alemania real le habrían acarreado inmediatamente un tiro en la sien pero, claro, si no vaya bodrio que sería todo. Etc., etc., etc.

Ese es el problema (o la solución): que básicamente es una novela de género para todo. Una novela de género buena y correcta añadiría yo. Pero no una novela especialmente excepcional en sí misma y, por tanto, depende de tu punto de vista que lo anterior que sea positivo o negativo.

No obstante quiero acabo esta reseña con un puntito particular, y más dado mi reciente intercambio de opiniones con @Tharl en "Un amor" de Sara Mesa. No puedo dejar de reflexionar sobre un tema menor pero que, bien pensado, es afortunadamente un síntoma positivo del cambio de mentalidad que (espero que muchos) ya espero que tengamos incorporado (y que sea de verdad en mi propio autodiagnóstico) en cuanto a nuestra relación hombre-mujer. Y es que, de nuevo esperable por los cánones del género, la misoginia de la novela llama la atención como un tanto trasnochada. Es más, no es tanto por el Bernie Gunther en los años 1930, que por tanto tenía que ser como fuesen la gran mayoría de hombres en su época, sino casi por Philip Kerr como autor en los años 1990 que, posiblemente sin querer, no ve absolutamente nada raro en ciertos comentarios y cosificación de los personajes femeninos que hoy, como ya decía, posiblemente nos chirrían a (casi) todos. Ya digo, no es que el libro rezume caspa, ni que las mujeres sean floreros porque ya se sabe que están para servir a sus maridos y parir hijos como Dios manda, (es más, este hecho concreto se critica abiertamente en su propio contexto histórico), pero sí que hay, aparte de la esperable misoginia en el detective pro con gabardina (por ejemplo en su desdén a los secretarios hombres, porque claro ese puesto laboral tiene que ser para una mujer y mejor si tiene piernas bonitas), un montón de referencias indirectas, escenas, anécdotas, etc. que muestran que Philip Kerr tampoco había avanzado tanto (incluso posiblemente a su pesar).

Escrita hace 3 años · 5 puntos con 1 voto · @arspr le ha puesto un 6 ·

Comentarios

@Tharl hace 3 años

Me interesa esta trilogía de Philip Kerr. La República de Weimar examinada con los mecanismos de la novela negra; me parece una idea genial. Entiendo lo que comentas de que es muy de género, lo que en cierto punto puede ser un detalle a su favor por haber contenido los excesos intelectualoides en que es fácil caer al tratar un tema serio.

Por otro lado, el cine negro como el wéstern siempre ha sido -al menos para la generación de mis padres- un género de hombres. Hay cierto machismo "progresista", lo que en las redes ahora se ha puesto de moda llamar como señoro, en algunos intelectuales ligados fanáticos del género: Garci, Arturo Pérez Reverte, Marías, etc. Como amante del género no me llega a incómodar, pues sé separar estas cosas. Pero por eso mismo no me sorprende que en los 90 surgiera ya esa codificación de la fantasía masculina en los mecanismos del noir.

@arspr hace 3 años

Para la república de Weimar vas a tener que coger otra trilogía me parece. Esta empieza en 1936 (en la famosa olimpiada de Jesse Owens) y ya quedaba poquito de ella...

Además no creo que te sirva de mucho para un análisis histórico como tal. La verdad es que es un mero decorado pero salvo por pinceladas, por interacciones inevitables y por reflexiones y situaciones igualmente inevitables e incluso obvias (los judíos lo están pasando así un poquillo chungo ya; la gente en general está acojonada, y con motivo, porque seas lo que seas es fácil que con un poco de mala suerte "desaparezcas"; el nazismo está lleno de oportunistas -las Violetas de Marzo-; e incluso entre ellos se pegan unos navajazos que así los veas), pues tampoco es un libro especialmente profuso en dicho decorado si es lo que te interesa.