FLORES EN EL ÁTICO por Shorby

Portada de FLORES EN EL ÁTICO

Saga Dollanganger 1.

Hoy, un libro que siempre he tenido muchas ganas de leer y sin embargo unca veía el momento. Hasta hoy.
Decir que es el primero de una saga que iré leyendo poco a poco… mucha tralla (para mi gusto) para irlos catando de seguidos.

Empezamos con una idílica familia compuesta de unos padres sus cuatro hijos, los Dollanganger, todos rubios, perfectos, guapísimos de la muerte y asquerosamente ricos. Un día, el padre muere en un accidente de tráfico y las vidas de todos ellos pegan un giro de 360º.

Es Cathy, la hija mayor, quien nos cuenta toda la historia; nos hace partícipes de sus penurias y demás variedades… que no son pocas. Como su madre es incapaz de hacer la O con un canuto y gracias a sus caprichos y a que su marido la tenía más que consentida (idem para los críos), tienen muchas, muchísimas deudas que ella es incapaz de atender, así que le pide ayuda a sus padres, que la tienen repudiada desde antes de nacer los niños… y el por qué es un misterio.
La abuela accede con una condición: que los niños permanezcan escondidos en el ático, ya que el abuelo –moribundo y mala persona- no debe saber de su existencia, pues no quiere que su hija herede un duro, ya que hizo algo horrible en el pasado, así que mucho menos debe saber que tiene descendencia.
El caso es que los nilos se enteran de esto el mismo día que llegan a la casa, a las tantas de la madrugada y a escondidas de todo el mundo. Y sólo queda esperar a que el hombre palme para heredar. O eso es lo que su madre les cuenta.

Hacía muchísimo que no leía una historia tan angustiosa y que me produjese tantísima impotencia o me pusiese de tan mal humor. El caso es que la he disfrutado muchísimo y me ha enganchado prácticamente desde el principio (o desde el principio del comienzo del drama, mejor dicho).

Tenemos a Cathy, de doce años, Christopher, de catorce y los gemelos de cinco: Carrie y Cory; todos ellos deben vivir aislados del mundo, sin abrir ventanas siquiera y siguiendo unas normas establecidas por su abuela –que es una mezcla entre la mare de Carrie y la señora Carmody, de La Niebla-, todas ellas tienen que ver con saberse la Biblia de pe a pa y con no hacer nada pecaminoso, véase ducharse juntos, dormir juntos o mirarse los cuerpos unos a otros e incluso a uno mismo.
Comen frío todos los días y su madre les visita a escondidas, aunque les promete que solo estarán ahí un par de noches… por supuesto la cosa se alarga.

Vamos viendo el día a día de los críos por voz de Cathy, la corrupcion de su inocencia, cómo sin querer se van haciendo a la situación e incluso la normalizan, cómo matan el tiempo, cómo su madre les viene con más y más promesas… El caso es que es el dramón por excelencia, una historia llena de injusticias, de temores, de angustia, pero también de esperanza e ilusión, de añoranza por la libertad.

Me ha gustado mucho cómo estaba escrito, nada enrevesado ni plagado de descripciones pesadas, que las hay, pero de forma tan gráfica y cercana que te ves al lado de los niños sin darte cuenta. Sí es cierto que es un dramón con mayúsculas, pero casi lo englobaría en terror, podría entrar en este género perfectamente.
Los personajes están realmente bien perfilados, si bien no me he sentido identificada con ninguno de ellos (y menos mal), están muy bien tratados y resultan bastante realistas.

La novela me ha sorprendido para bien, tenía constancia de que era un poco telenovela y un drama, pero no me la esperaba así para nada, me ha encantado y no he parado de recomendarla desde antes de terminarla.


Tenemos adaptaciones:
1987, peli homónima.
2014, también homónima.

Escrita hace 6 años · 0 votos · @Shorby le ha puesto un 9 ·

Comentarios