No me suelen gustar los libros que tratan sobre psicología o, para entenderlo mejor, aquellos que profundizan en grado sumo en la mente del ser humano. Y digo esto para poderme justificar en mi nota de este libro puesto que la mayoría de los lectores le otorga mejor premio.
Es un libro que te deja muy mal "cuerpo". Castel, personaje principal, es un tipejo despreciable, odioso. Un obseso, un déspota, un enfermo mental. Sabato recrea magistralmente la obsesión irracional. Esa locura que no es entendible para la mayor parte de los seres humanos que nos consideramos cuerdos.
Mientras leía el libro pensé lo difícil que tiene que resultar describir las emociones irracionales de este tipo de personajes. Cuando lo terminé, repasé en la redes la biografía de Sabato y entonces lo entendí todo mejor. El autor nos estaba relatando y describiendo su propia amargura, si bien desconozco si ésta estaba fundamentada por amoríos o era de otro tipo. Durante la escritura de El Tunel sufríó el tercer episodio de depresión de su vida. Llegó a tal desesperación que estuvo a punto, como él mismo manifestó, del suicidio.
Castel fue un asesino pero perfectamente pudo haber sido un suicida. Todos los días nos desayunamos con algún asesinato de género en el que la locura ha ganado a la razón y a la bondad. Lo que desconocemos, porque la prensa lo oculta, son los casos de suicidios que se dan por las mismas razones, y que presiento son muchos más que los asesinatos.
A pesar de ese desasosiego que me creó la novela, reconozco los méritos del autor que consiguió que llegará a odiar al despreciable Castel. Y eso lo consigue, además de por lo expuesto, gracias a su prosa de indiscutible calidad. En muchas ocasiones he leído libros sobre personajes despreciables que a puro de leer y pasar horas con ellos al final siempre encuentras alguna empatía, algún motivo que te incita a quererlo aunque sea en parte. Con Castel esto no ocurre, o al menos a mi no me ha pasado. Y esto lo pongo en el haber del autor.
Escrita hace 6 años · 5 puntos con 4 votos · @Lorizar le ha puesto un 6 ·
@nikkus2008 hace 6 años
Este párrafo me pareció hermoso y devastador: “que toda la historia de los pasadizos era una ridícula invención o creencia mía y que en todo caso había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío, el túnel en que había transcurrido mi infancia, mi juventud, toda mi vida. Y en uno de esos trozos transparentes del muro de piedra yo había visto a esta muchacha y había creído ingenuamente que venía por otro túnel paralelo al mío, cuando en realidad pertenecía al ancho mundo, al mundo sin límites de los que no viven en túneles; y quizá se había acercado por curiosidad a una de mis extrañas ventanas y había entrevisto el espectáculo de mi insalvable soledad, o le había intrigado el lenguaje mudo, la clave de mi cuadro. Y entonces, mientras yo avanzaba siempre por mi pasadizo, ella vivía afuera su vida normal, la vida agitada que llevan esas gentes que viven afuera, esa vida curiosa y absurda donde en que hay bailes y fiestas y alegría y frivolidad.”
En mi caso, si bien Castel no me representa en su totalidad, sí en cambio pude observar ciertos sentimientos compartidos; el párrafo que transcribí es, por ejemplo y muy a mi pesar, una de esas similitudes. El libro no es perfecto, pero tiene un tono amargo y patético bastante bien logrado por momentos...
@nikkus2008 hace 6 años
el párrafo que transcribí DESCRIBE, por ejemplo y muy a mi pesar, una de esas similitudes.
Ahí está mejor. Disculpen la brutalidad, pero escribo desde el trabajo.