¿CUENTOS O NOVELA? Y QUÉ MÁS DA por Guille

Portada de HISTORIA ARGENTINA

En el estupendo prólogo que escribió Ignacio Echevarría para la reedición de esta obra en la colección “Otra vuelta de tuerca” de Anagrama se dice: “si Bob Dylan es postulado, año tras año, para el Premio Nobel de Literatura, ¿por qué un escritor no podía aspirar, por su parte, a desatar las pasiones de una estrella de rock?”. No sé si tanto una como otra parte del comentario nacían de la estupefacción pero lo cierto es que la publicación de “Historia argentina” provocó en su país una especie de histeria argentina (curiosamente el título que iba a llevar la obra y que es el título de uno de los relatos).

Hasta yo, que soy bastante iconoclasta, puedo entender el entusiasmo que llegan a provocar obras como esta de Fresán o como otra que recientemente comenté por aquí “El día del Watusi”. El efecto que ambas tuvieron en sus respectivos países creo que responde al mismo fenómeno: recoger y concretar una especie de espíritu colectivo que sobrevuela a toda una generación (o una parte más o menos importante de ella) tanto en lo contado como en la forma de hacerlo.

En ese mismo sentido, me parece interesante traer aquí otro comentario del prólogo citado, y que igualmente se podría aplicar a la novela de Casavella:

“No se trataba de obviar el reciente pasado histórico ni sus sombras persistentes –como hizo, en relación con el franquismo, la nueva narrativa española de los ‘80–, no se trataba tampoco de romantizarlo, de convertirlo en un escenario camp para una lectura sentimental del horror y la derrota –como ha venido haciendo, en relación con la Guerra Civil y sus secuelas, la narrativa española de las dos últimas décadas–, sino de integrar ese pasado histórico como trasfondo de unas historias que, sin sustraerse a él, se desentienden sin embargo de su dramatismo.”

Y si todo esto es importante, más lo es el estilo singular del texto tantas veces calificado de literatura pop o posmodernismo o postliteratura. La metaliteratura, las divagaciones, los rodeos, sus comentarios al margen, acaban por dibujar y decorar un camino fresco, valiente, novedoso (el libro se publica en 1991, cuando el autor contaba 27 añitos), divertido, conmovedor, por el que el autor nos conduce hasta el punto y seguido con el que se termina cada relato, pues “Historia argentina” es un gran libro de cuentos en forma de novela o de novela contada a través de cuentos (los relatos comparten personajes, sucesos, referencias y hasta párrafos enteros).

Espero que estas buenísimas impresiones que me llevo del autor se confirmen en próximas lecturas.

Escrita hace 6 años · 5 puntos con 2 votos · @Guille le ha puesto un 8 ·

Comentarios

@Faulkneriano hace 6 años

Ni idea de Rodrigo Fresán. Yo creía que era crítico literario y traductor. Gracias por el soplo. La estructura de novela en forma de cuentos interrelacionados no me disgusta, si está hecha con inteligencia. También me gustan los libros de cuentos a secas. Y la espada y brujería. Vamos, que me gusta todo.

@Guille hace 6 años

Pues yo estaba un poco como tú y su lectura ha sido toda una sorpresa, una muy agradable sorpresa.

El cómo se van introduciendo personajes de unos cuentos en otros, establecer las relaciones que se van dando entre ellos es parte del atractivo de la novela-cuento. Te divertirá.