LA CULPA por Guille

Portada de TALLO DE HIERRO

Finalizo el año con un libro 10 (Faulkneriano, te sigo apreciando mucho como lector a pesar de que solo te pareció digna de un nueve).

No descubro nada, el autor fue avalado en su día por Saul Below y la novela ganó en 1984 el Pulitzer de Ficción y el National Book Critics Circle. Es más, Tallo de hierro es de esas novelas míticas que triunfaron tras ser rechazada por multitud de editoriales, trece en su caso y amparándose en su pretendida sordidez. Pues bien, el libro me ha parecido incluso mejor de lo que las expectativas auspiciaban. Pero todos sabemos que no es suficiente que el libro sea bueno, incluso muy bueno, para que le otorguemos el 10, tiene que tener algo más.

Buscando información sobre el autor, encontré unas declaraciones atribuidas a García Márquez en las que este enumeraba los ingredientes imprescindibles para cocinar una buena novela: amor, humor, política, nostalgia, tristeza, vida, muerte. La lista terminaba con tres signos de interrogación. Nadie sabe realmente qué es aquello que consigue hacernos grande una novela. Sea lo que sea, para mí esta lo tiene. No solo he gozado y me he emocionado con todos y cada uno de los ingredientes citados por el autor colombiano, sino que ha conseguido responder a cualesquiera de esas misteriosas e imprescindibles interrogaciones que culminan mi particular lista.

No cabe duda de que el hecho de que sea literatura sobre perdedores le otorga un buen montón de puntos. También es importante que, aunque el autor considere las circunstancias, no reste a los protagonistas ni un ápice de su responsabilidad haciéndoles además, y esto es ya para nota, conscientes de ella (la autocompasión puede o no aparecer, ni me sobra ni me molesta, pero aquí no la encontraréis o solo el tiempo justo para que los personajes se desprendan de ella). Porque si tuviera que resumir el tema de la novela con una sola palabra esta sería sin duda alguna la palabra "culpa".

Aunque es esta también una novela de grandes personajes, principales y secundarios, vivos o muertos, personajes destrozados por la vida o personajes incapaces de sobrellevarla o de escapar de aquella que les tocó en suerte...

“Un gran poeta dijo cierta vez que el amor entra por los ojos. Uno tiene que tener cuidado para no ver demasiado. Uno debe dominar sus apetitos. El mundo es demasiado hermoso para la mayoría de nosotros."

... por encima de todos ellos reina Francis Phelan, el gran protagonista que la hace inolvidable. Un personaje que sufre y se lamenta, no por lo que el destino le haya hurtado, sino por no sentirse merecedor de ello. Un personaje que se niega a sí mismo cualquier atisbo de felicidad y que parece evitar su muerte únicamente por no detener el castigo del que se siente merecedor. Un vagabundo que hace de la huida una forma inútil de sobrellevar su dolor, aun consciente de que esa huida es también un castigo en sí mismo tanto para él como para los que le quieren. Un personaje al que su propia ética y su estricto cumplimiento le ha expulsado de la sociedad a un terreno donde solo queda preocuparse por la comida de ese día, por donde dormirá esa noche y por quién le proporcionará el siguiente trago... o eso es lo que él quisiera.

“Ha vivido diciéndose: creo de veras que estoy haciendo más o menos lo correcto. Creo en Dios. Saludo a la bandera. Me lavo los sobacos y la entrepierna, ¿y qué si bebo demasiado? ¿A quién le importa eso? ¿Quién sabe cuánto no he bebido?”

Ahora, tras 22 años de fuga, Francis vuelve a su ciudad, a su casa, con su mujer y sus hijos, y ahí empieza la novela. Una vuelta que nos es narrada en una magistral combinación de realidad, ensoñaciones, flashbacks y alucinaciones; diálogos fantásticos junto a párrafos de un emotivo lirismo sin que falten la ternura, la crueldad, la dureza o el humor, incluso a veces todo junto como en las últimas páginas.

Escrita hace 7 años · 5 puntos con 2 votos · @Guille le ha puesto un 10 ·

Comentarios

@Faulkneriano hace 7 años

Justa reseña para una novela excepcional. Kennedy, por cierto, no tiene desperdicio (como el jamón), aunque ésta quizá sea su mejor novela, al menos de las que he leído.

Francis Phelan es un personaje redondo, tan bueno como Harry "Conejo" Amstrong, otra de mis debilidades, aunque estén en lados opuestos: tienen en común un gran sentimiento de pérdida, relacionada con una muerte que no voy a desvelar aquí.

Siempre he querido ir a Albany (donde se desarrollan todas las novelas del autor), aunque sepa en el fondo que esos lugares solo existen en la gran literatura.

@Guille hace 7 años

Un gran personaje, sí señor, uno bien triste.

Libros del asteroide tiene publicados otros dos libros de Kennedy. Repetiré sin duda, aunque ya sé que no me volveré a encontrar otro tallo de hierro.

@Poverello hace 7 años

Pues otra a la saca. Gracias, Guille.

Y también la meto en la saca personal de grandes novelas rechazadas por editoriales. Junto con Ulises, por ejemplo. A la mía ya la han rechazado seis o siete. Voy por buen camino. Lo mismo al final la distribuyo entre mis amigos y amigas, como hizo O'Brien con El tercer policía, ji.

@Guille hace 7 años

Solo tienes que encontrar por aquí algún Saul Below que te avale y lo tendrás hecho, Poverello. Mientras, puedes ir leyendo esta muy buena novela.

@Poverello hace 7 años

Brutal. El personaje de Francis es una pasada. Indescriptible a menos que lo leas de la primera a la última página.

Poco se le ocurre a uno que decir de inmediato.

@Guille hace 7 años

Siempre es una alegría descubrir la coincidencia de gustos. Aunque en este caso me parece que la cosa no era muy difícil.

@arspr hace 7 años

Pues yo soy el raro...

Sí, la novela está bien, pero hay algo que me resulta un poco (muy) increíble en el personaje de Francis Phelan... No sé no me ha resultado creíble esa "huida" continua sin más ni más, (aunque por ciertas frases finales, es cierto que el propio autor "critica" esta huida como irracional, supongo que con la intención de que el libro quede cerrado).

Escritura correcta eso sí, pero tampoco me ha emocionado. (Quizás un poco más el personaje de Helen). Pero vamos que en mi opinión es "otro más" de realismo sucio americano.

@Guille hace 7 años

Estas cosas pasan, no es grave. Pero eso de "sin más ni más" tampoco, o a mí no me lo pareció.

Seguro que volvemos a coincidir en alguna otra.