NOTAS SOBRE EL TELÓN por Tharl

Portada de EL TELÓN

“El Telón” es una defensa necesaria de la teoría e historia de la novela.
Sabía de la maestría de Kundera en la composición y de la influencia de la música en ella y en su concepción polifónica de la novela pero aquí se muestra tan fiel a la herencia de Bach como a la de Cervantes. El tema del ensayo es desarrollado desde el orgánico ir y venir de varios motivos que se suman y complementan: el existencialismo, la polifonía, la identidad y crisis de Europa, la esencia de lo cómico y lo trágico, el comentario de obras y autores de su canon personal, el cuestionamiento de la autoría, las diferencias entre novela y poesía lírica, la defensa de la digresión novelesca… Todo apuntala harmoniosamente una defensa cuya necesidad debería bastar para preocuparnos.

Sin una poética o teoría estética que configure “lo literario” y le dé razón de ser, la historia de la literatura no existiría y no tendríamos más que un inmenso depósito de obras cuya sucesión carecería de sentido; toda historia necesita de un núcleo de valores que identifiquen su objeto (aquí la novela) y que se desarrollen y transformen a lo largo del tiempo. Y sin una historia autónoma, ninguna novela tendría valor estético. Por ejemplo, si la función de la novela es -como defiende Kundera- rasgar el telón del sentido común, los tópicos y las preinterpretaciones para des-cubrir algo nuevo sobre la existencia (o “naturaleza humana”), el valor de cada descubrimiento sólo se medirá a la luz de los anteriores y futuros enriqueciéndose mutuamente:
“Puede decirse de todas las novelas: su historia común las pone en múltiples relaciones mutuas que iluminan su sentido, prolongan su alcance y las protege del olvido. ¿Qué quedaría de François Rabelais si Sterne, Diderot, Grass, García Márquez […] no hubieran emitido el eco de sus locuras en sus novelas? A la luz de Terra nostra (1975) vemos en Los sonámbulos (1929-1932) todo el alcance de su novedad estética, que cuando apareció apenas era perceptible, y en la cercanía de esas dos novelas Los versos satánicos (1991), de Salman Rushdie, deja de ser una actualidad política efímera y se convierte en una gran obra que, con sus oníricas confrontaciones de épocas y continentes, desarrolla las más audaces posibilidades de la novela moderna. ¡Y Ulises! Sólo puede comprenderla quien se haya familiarizado con la vieja pasión del arte de la novela por el misterio del momento presente, por la riqueza contenida en un único segundo de vida, por el escándalo existencial de la insignificancia. Situado fuera del contexto de la historia de la novela, Ulises no sería sino un capricho, la incomprensible extravagancia de un loco.
Arrancadas de la historia de sus artes, poco queda de las obras de arte.”

Y sin embargo, ¿arrancada la historia literaria de la humana en pos de la existencia y la “naturaleza humana”, no se convierte en metafísica?, ¿no cultiva por ello el mito del autor como genio creador? Admitiendo la necesidad de cierta autonomía de lo literario y de su historia, sólo reapropiándonos de ellos y devolviéndolos al mundo puede la literatura recuperar todo su poder cognitivo y transformador.

El gran milagro de Europa, dice Kundera, no fue su arte, si no su arte convertido en historia. La nueva forma de comprender el tiempo que es la historia relegó la repetición mimética de la tradición a favor de la novedad, el autor-individuo y la modernidad. Pero los milagros son perecederos y “presa de la angustia, imagino el día en que el arte dejará de buscar lo nunca dicho y volverá, dócilmente, a ponerse al servicio de la vida colectiva, que exigirá de él que embellezca la repetición y ayude al individuo a confundirse, alegre y en paz, con la uniformidad del ser.
Pues la historia del arte es perecedera. La palabrería del arte es eterna.”

Escrita hace 8 años · 4.5 puntos con 2 votos · @Tharl le ha puesto un 8 ·

Comentarios

@Volsung hace 8 años

Me rechina el término "necesario". Yo estoy de acuerdo en que las humanidades son necesarias en tanto que dan voz a las personas y permiten alcanzar consensos en lugar de subyugarse por norma a la opción más eficiente, que es lo que se deriva del conocimiento técnico.

Sin embargo, esta forma concreta, esto que, resumiendo, podría llamarse Supercrítica literaria (pues no es crítico de una novela, si no de la literatura en su conjunto) me parece que básicamente es necesaria para... él, para los académicos que se ganan la vida con estos ejercicios, pero ni fomentan la creatividad ni acercan las obras a la comunidad. En mi opinión.

@Tharl hace 8 años

¿Si la teoría de la literatura es considerado unos “ejercicios” innecesarios y estériles, no es más necesario defenderla que nunca? ¡¿Cómo va a ganarse la vida Kundera si no?!

(¿Al leer, consciente o inconscientemente, tú no te apoyas en una concepción explícita o implícita de lo literario? ¿En qué apoyar el numerito y la reseña si no?)

@Tharl hace 8 años

¿Si la teoría de la literatura es considerada unos “ejercicios” innecesarios y estériles, no es más necesario defenderla que nunca? ¡¿Cómo va a ganarse la vida Kundera si no?!

(¿Al leer, consciente o inconscientemente, tú no te apoyas en una concepción explícita o implícita de lo literario? ¿En qué apoyar el numerito y la reseña si no?)