LA NIÑA SILENCIO por Shorby

Portada de LA NIÑA SILENCIO

Siempre me han gustado los libros ilustrados, creo que hay auténticas maravillas, por mucho que sean catalogados como infantiles.


Hoy, traigo uno de los que tienen mensaje… pero de los que entienden los adultos.

“No articula palabra porque no sabe qué decir”

Lacombe ilustra esta historia de Cécile Roumiguière con maestría, calcando a la perfección cada sensación escrita (y pensada) por el autor de la misma.

Nuestra protagonista es una niña silencio, como la clase de niños con los que trabaja la madre del ilustrador –a la que está dedicado este librito-, niños que viven en la guarida de los lobos, que salen del colegio y se van asustando y empequeñeciendo a medida que llegan a sus casas… que no quieren llegar a ellas, pero no tienen otra alternativa, pues son críos y viven son sus padres.
Padres que los maltratan o abusan de ellos.
Pero esto último no se dice claramente en nuestro cuento. Y es aquí donde emana toda la belleza del mismo.

Lacombe nos enseña a una niña de enormes ojos tristes, enjaulada en alguna ocasión, con una mirada sin brillo perdida en su mutismo.
Esta cría vive separando sus días en azules y rojos, siendo los azules los días alegres, de paz y sosiego, en los que tocan caricias, pareciendo todo tranquilo… Y siendo los rojos los días oscuros, en los que no se ríe y todo son gritos y azotes. Cuando los lobos aúllan.

Tenemos a una maestra de escuela, que transmite seguridad y armonía, que huele a pan tostado; ella ayuda a que nuestra Niña rompa esa cadena imaginaria que la tiene unida a su jaula. Ese silencio.

Acompañado, como digo, de unas ilustraciones llenas de fuerza que acompañan con maestría cada metáfora, “La niña silencio” es un libro imprescindible que denuncia el maltrato de una forma tan delicada que pone los pelos de punta.
Una delicia.

Escrita hace 8 años · 0 votos · @Shorby le ha puesto un 7 ·

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