SOMBRÍA GRANDEZA por Guille

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¿Qué ha tenido que ocurrir para que un autor como este no sea mucho más conocido, más leído y más venerado por estos lares? ¿Qué alineación de soles ha provocado que esta novela en concreto, elegida en 2007 por la revista Nexos como la mejor novela mexicana de los últimos 30 años y por la revista colombiana Semana como la quinta mejor novela en lengua española de los últimos 25, haya permanecido eclipsada de la forma que al menos para mí lo ha estado hasta hace bien poco?

Y conste que, puestos a escoger, prefiero su novela Palinuro de México y las partes de “Noticias del imperio” que a esta se asemejan, que no son pocas.

Esta obra, “grotesco melodrama personal de sombría grandeza”, es una novela polifónica estructurada con una alternancia de capítulos entre el monólogo melancólico, amargado y trastornado que Carlota de Bélgica, Emperatriz de México, le dirige a Maximiliano, su marido difunto, y el relato histórico donde el armazón de fechas y gestas, narrado por una multitud de voces, es rellenado con corazón y vísceras, ambiciones y frustraciones, traiciones y heroicidades, humor y sexo, y mucha degeneración aristocrática de esa forma tan fascinante que es la prosa de Fernando del Paso.

Pero junto a todo ello hay también una parte ensayística cuyo objeto es, por un lado, poner en solfa el pretendido objetivismo histórico, y, por otro, cuestionar algún que otro dato concreto que parece estar de modo incuestionable en los altares de la tradición histórica mejicana e incluso reivindicar en cierta forma la figura de Maximiliano, monarca de corte liberal y laico que quizás no le hubiera ido del todo mal a aquel Méjico, como a nosotros nos hubiera ido seguramente mejor si la guerra de la independencia no hubiera sido tal. Y digo “pero” porque toda esta parte a mí me sobra: una particular cuestión de gusto.

Prefiero al del Paso exuberante, lírico, que aglutina decenas de datos, cientos de anécdotas, miles de cuentos paralelos, en oraciones subordinadas dentro de oraciones subordinadas que forman ese caudaloso río en el que me gusta dejarme mecer por esas aguas que corren rápidas y serpenteantes. Elijo al del Paso pasional, amante juguetón del deseo, del erotismo y hasta de lo escatológico, y al que, entre tanto drama palaciego y bélico, es capaz de intercalar episodios de irónico y perverso humor que consiguen distender el discurso sin traicionarlo. Me quedo con el del Paso metafórico, imaginativo, barroco, intenso, el autor que desborda moldes, que reinventa el lenguaje, que se divierte y nos divierte a uno y otro lado del exceso, el libérrimo, el irreverente, el lujurioso, el genio... bueno, quizás “genio” sea una palabra muy grande, la acortaré un poco: el ingenio.

Escrita hace 8 años · 4.5 puntos con 4 votos · @Guille le ha puesto un 8 ·

Comentarios

@Faulkneriano hace 8 años

Buena reseña, Guille. No quiero alabar mucho la novela porque me van a nombrar Jaleador de Tochos del Año, pero recomiendo su lectura: tiene más de mil páginas, qué se le va a hacer. Aunque tengo muy lejana su lectura, no creo que le sobre nada. Es más, al lector medio el reinado de Maximiliano le resultará tan desconocido que no le disgustará conocer lo que cuenta Del Paso, que se anima a cuestionar el discurso oficialista, como bien dices.

@Guille hace 8 años

Ya aclaré que el sobrante es cuestión de gusto particular, pero si eso va a desanimar a posibles lectores, lo retiro. Lean, lean.

@Tharl hace 8 años

Otro descubrimiento. ¿Intento de otra “novela total”? Esta vez no me importan las páginas del tocho. Tiene muy buena pinta y no podía venir mejor recomendada. La leeré, la leeré.

@Faulkneriano hace 8 años

... Pues para novela total, Terra Nostra, de Carlos Fuentes. Solo apta para aquellos que reúnan el siguiente perfil: cultura enciclopédica, conocimientos de culturas prehispánicas, doctorado en historia moderna española, falta absoluta de prejuicios sobre lo que debe ser una novela histórica, maestría en simbolismos varios, nociones de milenarismo, buena base artística, afición por los vocablos antiguos. Yo, desde luego, no doy la talla. Aconsejable vocabulario de unas 50.000 palabras. Conocida es el agotamiento de Goytisolo, que tuvo la leer la obra porque era jurado del Premio Casa de las Américas, y la anécdota de Vargas Llosa y García Marquez, que cruzaban el atlántico en medio de una amenazadora tormenta y, cuando pensaron que la cosa iba a terminar muy mal, se decían: ¡Confiesa¿ ¿Has leído Terra Nostra?, por suponerse al borde de la muerte.

@Guille hace 8 años

No, Tharl, simplemente es que del Paso no se calla ni debajo del agua. Si a eso le sumas que se toma como diez años para tomar apuntes a los que coge tal cariño que se le hace muy cuestarriba desdeñarlos después en la selección definitiva, pues ahí tienes las tropemil páginas de sus libros.

Vale, Faulkneriano, te exonero de tu obligación de hacerle una reseña: me los ha dejado más que claro.