BUENOS PRESAGIOS por Shorby

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Antes de empezar con la reseña, quiero hacer un inciso. Siempre he dicho que todos los libros tienen su momento para ser leídos, sin embargo, imagino que este no sería el mío, ya que, aunque la historia me pareció interesante y graciosa, el libro no me terminó de llenar.
Seguramente me pasó esto en su día porque el libro anterior que leí era de temática muy similar y por tanto este se me hizo repetitivo.
Error mío al leerlos seguidos (aunque hay veces que intento no leer contraportadas o buscar la información justa, como con este).

Bien, una vez dicho esto, al lío.

El que es uno de mis escritores favoritos, Pratchett, unió fuerzas con Gaiman, que es otro de buenas ideas, del que lo poco que he leído, me ha gustado.
De esta unión salió una nueva visión del Apocalipsis, totalmente distinta a la que todos conocemos. Eso sí, no tiene nada que ver con Mundodisco, salvo el autor y su toque humorístico personal que tanto me gustan.

Al libro no le falta nada, tampoco le sobra. La historia es delirante y gamberra hasta decir basta, con partes inolvidables, como la interpretación de las profecías, el ángel Azirafel de visitante en otros cuerpos o los cuatro jinetes convertidos en monstruos (este fue un detalle que me gustó mucho).
Ya en la primera página, se lee una advertencia: “Niños, provocar el Apocalipsis puede ser peligroso. No lo intentéis en vuestras casas.” A lo que reza un subtítulo: “Las buenas y ajustadas profecías de Agnes la Chalada”.

En esta rocambolesca historia, nuestro Anticristo vive con la familia equivocada por culpa de la hermana Mary Locuaz, una monja satánica de la orden de las Parlanchinas de Santa Berilia.
Los autores nos cuentan qué pasa cuando el Anticristo se cría donde no debe y acompañan el periplo con personajes a cual más singular: Crowley, un demonio que escucha a Queen en su Bentley negro; su amigo Azirafel, un ángel; Anatema, la bruja que ha heredado las Buenas y Ajustadas Profecías de Agnes la Chalada, repletas de anotaciones y correcciones en los márgenes; un ejército de cazabrujas…
Todo se lía todavía más cuando Crowley y Azirafel descubren que su Anticristo es otro por culpa de las monjas satánicas.
En fin, todo un descontrol de lo más original.

Me gustó un detalle al final, fuera de la historia narrada en la novela, donde se entrevista a ambos autores para que hablen uno del otro, cuenten anécdotas de cómo se conocieron y expliquen cómo hacían para ponerse de acuerdo y escribir los periplos rocambolescos que aparecen en este Apocalipsis.

A fin de cuentas, una interesante mezcla de estilos para una visión del fin del mundo bastante gamberra, que probablemente no deje a nadie indiferente.

Escrita hace 9 años · 0 votos · @Shorby le ha puesto un 7 ·

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