EL TELEFILM DE LAS 16:00 por arspr

Portada de LA VIDA DESPUÉS

No sé muy bien como afrontar esta reseña sin sonar pedante ni tampoco ser demasiado injusto con un tipo de lectura, absolutamente loable por otro lado, de mera evasión con cerebro en modo encefalograma plano...

Es decir, el telefilm chorra de después del telediario, ¿es bueno? ¿es malo? Simplemente es, y posiblemente si te entretiene sin agredir mucho a ninguna de las neuronas que te queden despiertas a esas horas de siesta, pues ya es bastante.

Pues un poco, (perdón, un mucho), de lo mismo pasa con este libro. Con el matiz adicional de que además, para telefilm de las cuatro a lo mejor, (o a lo peor), yo prefiero una de Chuck Norris y no una de Sandra Bullock o Jennifer Aniston, lo cual "agrava" mi subjetiva evaluación...

De esta autora leí hace tiempo "En tiempo de prodigios", y aunque no me acuerdo de nada más allá de un libro sobre relaciones familiares (creo), tengo un vago y agradable poso de él. Total que al caerme este libro en las manos decidí que me apetecía ver que tal retomaba la relación con Marta. Y al principio, algo similar es lo que parece que uno se va a encontrar. Usando una excusa de relación inverosímil (más sobre esto luego) y tras la muerte de Jan, se juntan cuatro mujeres (Victoria la increíble amiga, Solange la hija, Marga su esposa pero no madre de Solange y Shirley su suegra) que a priori tienen sus tensiones internas totalmente comprensibles en todo patio de vecino. Y así parece que el libro va a transcurrir sobre su re-enfoque vital tras dicha situación dramática de muerte de un ser querido. Un por tanto potencial correctísimo libro, (incluso con una valoración "intelectual-literaria-de-nivel" del mismo), sobre, eso, la vida después de.

Pero no, por ahí no van a ir los tiros. Tras un mínimo momento de tensión, (Jan es el sustento de su familia y Marga se da cuenta de que económicamente está jodida y a la vez, muy humanamente, se desprecia por esta reflexión cuando debería estar simplemente añorando a Jan-persona, y no dedicar ni un microsegundo a Jan-monedero), aparece un absurdo artificio salvador y, ¡hala!, toda mera posibilidad de libro medio serio salta por los aires y se convierte en "comedia romántica" del montón, montón.

Y claro pues es imposible, (al menos en mi caso), una media identificación con lo narrado. Desde que se desaprovecha el tema de las tensiones entre las cuatro mujeres (nada, cuatro conversaciones cruzadas bilaterales, diez líneas de texto en cada una y todo arreglado, todas super-amigas de la muerte..., ¡joder!, ojalá fuera todo tan fácil en las relaciones humanas), desde que el personaje de Victoria es increíble, desde que yo seré machista, pero la autora y los clichés de "belleza" y "status" de las protas son ya la repera limonera de la cursilidad, hasta que, lo más grave, es que el planteamiento de la relación Victoria-Jan es simplemente IMPOSIBLE.

Y tanto es así que esta "casta" amistad, tan en duda por todos los personajes página tras página, parece que ni la autora se la creía. Y tanto es así, que realmente no se la cree, (lo cual es por otro lado muy normal, no hace falta que te psicoanalices por ello Marta), y la revienta en la forma que realmente se espera cualquiera que lea más allá de la mitad. Porque, si todo era tan casto entre Jan y Victoria, ¿por qué surge lo que surge entre los que surge por la mera apariencia de los que eran y no eran?... Pues eso, ¡viva Meg Ryan y Hugh Grant!

Eso sí, el libro se lee, hoja tras hoja, sin darse uno casi ni cuenta...

Escrita hace 9 años · 0 votos · @arspr le ha puesto un 5 ·

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