UNA NOVELA DEL OESTE EN LA MESETA CASTELLANA por Guille

Portada de INTEMPERIE

Puedo perdonar la comparación que se hace con La carretera de Cormac McCarthy, algunos aspectos de la trama pueden recordarla, pero la comparación con Delibes ya sobrepasa mi indulgencia: la descripción del paisaje castellano, su dureza contada con el lirismo que ambos lo hacen -no encuentro otro paralelismo-, no me parece coartada suficiente para compararlos.

Semejanzas a parte, estamos ante una buena novela, una novela del oeste con alguacil en lugar de scheriff y con cabras en lugar de vacas, pero con el mismo sol implacable y los mismos personajes labrados en roca dura.

A pesar de encontrarnos en un entorno muy de meseta castellana, la estrategia de la narración recuerda más a Induráin que a Perico Delgado. Tras un primer capítulo que ya te predispone a una gran carrera, entramos en unas etapas de transición, pocas, donde ni abanicos se forman, para, una vez llegados a la ladera de la montaña, encontrarnos ante un ritmo seguro de subida, fuerte, sin concesiones, que ya no va a ser abandonado hasta la llegada a la meta... o quizás un poco antes; nada de arrancadas ni demarrages al estilo de Perico, pero que te deja con la lengua fuera de igual forma.

Quizás, y este es un quizás muuuuuuuuuuy grande, por eso mismo, porque no hay cambios de ritmo, pueda dar la impresión de que no hay historia, de que no pasa gran cosa, que esta novela se lo debe todo al estilo, como he leído por ahí. Pues nada más lejos de la realidad. No es cierto que esta novela se apoye únicamente en el estilo, en el lenguaje, aunque una parte importante de la valía de la narración -de toda narración, por otra parte-, es la forma de contarla. Hay una gran historia en esta novela, una historia que consigue mantenerte en vilo, que te llega a estremecer, que te involucra.

En cuanto al lenguaje, bueno, siempre se puede decir aquello de que recupera vocablos ya perdidos, que muestra una gran riqueza, etc, etc. A mí me sobran tantos tecnicismos rurales, pero tampoco puedo decir que me estorben la lectura.

En cuanto al final, personalmente hubiera preferido otro, pero seguro que es el que gusta a más gente.

Escrita hace 10 años · 4.5 puntos con 8 votos · @Guille le ha puesto un 8 ·

Comentarios

@arspr hace 10 años

Apuntado para lectura. Me encanta descubrir libros "desconocidos", (pa' los brutos como yo), gracias a vosotros. Y gracias a ti, en particular, llevo unos cuantos ya.

De hecho tengo un tropel de libros en inglés en cola y lo mismo cuelo este en lengua patria. Eso sí, me escama ese "yo hubiera preferido otro final pero este es el que le gusta más a la gente" porque atufa a "y fueron felices y comieron perdices". Espero que no sea así, o que si lo es, no sea demasiado empalagoso.

@Guille hace 10 años

Ahora solo te falta descubrir que no te gusta ninguno de los que reseño... bueno, eso no sería lo peor, lo malo malo sería descubrir que unos te gustan y otros no.

No @arspr, el final no es un happy end empalagoso, para nada. Pero no me preguntes cual era el final que yo tenía en mente, porque no me acuerdo (glup).

@arspr hace 10 años

Que me gusten unos sí y otros no no es malo en absoluto sino totalmente esperable. Si todos fuésemos clones vaya tostón de vida perra... ;-p

@Guille hace 10 años

Me refería a que tanto si te gustan todos los libros que recomiendo como si no te gusta ninguno sería un comentarista muy fiable. En caso contrario, vete tú a saber.

@_567_ hace 10 años

Con un poco de suerte mañana lo acabo de leer, entonces quizás pueda aportar algo más. Transcurrida algo más de la mitad del camino: yo no veo a Delibes aquí) me está gustando bastante más de lo que esperaba, los tres primeros capítulos de situación me parecen realmente buenos, soberbios en cuanto a empleo del lenguaje, a mí no me sobran los tecnicismos rurales ya que aportan realismo al campo de acción donde se desarrolla la novela… (que por cierto yo me inclino más hacia Extremadura que hacia Castilla, ¿de dónde sacas la localización castellana?... recuerda las bellotas que aparecen por el camino entre otros guiños); hasta aquí lo bueno que me parece realmente bueno en cuanto a la riqueza que emplea en las metáforas y en las descripciones en campo abierto, de día y de noche, y más tratándose de un debutante… hasta el capítulo 8, donde me encuentro, efectivamente parece que no pasa nada pero pasa mucho más de lo que podamos imaginar, es cuestión de meterse en la piel del chaval y aprender a sobrevivir mientras nos preguntamos por el porqué de su huida… yo todavía no lo sé.
Lo menos bueno serían las clarísimas influencias de McCarthy (“La carretera” e “Hijo de Dios” así a bote pronto), en estilo también aunque Carrasco, aunque breves, sí que utiliza los diálogos al uso, y también algún otro deja vú de homenaje como –voy por aquí, breve apunte- ese tullido sin dedos y sin piernas que se mueve en una plataforma de madera con ruedas que el chico se encuentra cuando deja al cabrero y parte en busca de ayuda hacia una aldea abandonada que tiene un pozo de agua podrida… en claro homenaje a “Los olvidados” de Luis Buñuel… el tullido quiero decir.
Peeeeero, en todo caso estoy de acuerdo en que es una buena novela, ya lo es en este punto, el ‘7’ me ronda la cabeza de cabra, y va a depender de ese final del que te agradezco que no comentes nada, y que yo ya me estoy empezando a construir mentalmente, para subirle o bajarle algún puntillo o incluso mantenerme en ese notable más que aceptable. Veremos…

@Guille hace 10 años

Me alegro de que te vaya gustando, @Krust.

Yo no veo tan clara la influencia de McCarthy en el estilo de Carrasco. La trama sí nos puede recordar a ese padre y a ese hijo de La carretera recorriendo un territorio inhóspito, pero ahí se queda la relación porque en el trabajo de McCarthy hay mucho más diálogo y apenas hay descripciones del paisaje, justo lo contrario que en Intemperie. Aunque, bueno, sí es cierto que los diálogos son secos, secos y escasos, muy de duro entorno rural, sea castellano, extremeño o aragonés.

Porque sí podría tratarse de Extremadura, como dices; de hecho, él es extremeño. Pero también podría ser cualquiera de las dos castillas o incluso Aragón, a ver si no hay encinas o alcornoques en esas tierras. Pero dime tú qué ciclista carismático extremeño o aragonés se te ocurre a ti para no destrozarme el comentario del libro. Pues entonces…

@lucero hace 10 años

Me lo apunto yo también, Guille, reseña atractiva para mí. A ver si lo encuentro.

@_567_ hace 10 años

Está claro que tenemos puntos de vista divergentes, Guille. La influencia de McCarthy en Carrasco más que clara me parece clarísima, por otro lado afirmar eso de que “…en McCarthy apenas hay descripciones del paisaje” me parece, como mínimo, un sacrilegio.
De los ciclistas no había mencionado yo nada ni mucho menos destrozado tu comentario, pero ya puestos comentarte que a pesar de que me gusta mucho ese deporte no acabo de ver del todo clara esa metáfora que metes con calzador en la reseña. De buen rollito, ¿eh?

@Guille hace 10 años

Es una buena novela, @lucero. Esta sí la recomiendo.

Bueno, @Krust, eso es fantástico y dice mucho de la novela el que nos haya gustado desde perspectivas tan distintas.

Yo creo que todas las referencias a McCarthy que se han hecho a la hora de comentar esta novela se deben a las coincidencias con la trama de una sola de sus obras: La carretera. Y es cierto que hay unos cuantos paralelismos con ella, desde el pasaje inhóspito hasta que la historia pasa por un adulto y un crío huyendo de los peligros que les acechan.

Pero sigo pensando que el estilo entre ambas novelas es completamente distinto. En la novela de McCarthy, no existen grandes descripciones del paisaje que solo se imagina a partir de unas pocas pinceladas, parcas pinceladas en frases que muchas veces están incompletas y son siempre muy simples con un lenguaje sencillo. Toda la narración está soportada por lo que pasa, por los hechos y por los diálogos de los protagonistas y siempre desde fuera de ellos: intuimos lo que se les pasa por la mente a través de lo que dicen, nada más.

Por el contrario, Carrasco se demora gustosamente en la descripción del paisaje y de los elementos que lo conforman, y lo hace con un gran lirismo, con frases no tan sencillas, tirando mucho de metáfora, con un vocabulario rico y utilizando muchas veces términos arcaicos. Los diálogos son muy escasos y es el niño el punto de vista desde el que se nos cuenta la historia refiriéndonos muchas veces sus sentimientos y sus pensamientos. Por último, aparte del estilo y de la perspectiva desde la que está narrado cada relato, existe también una importante diferencia de fondo entre ambas novelas: en McCarthy existe un maniqueísmo que está desterrado completamente de la de Carrasco.

Bienvenidos sean los puntos de vista distintos.

@Poverello hace 10 años

Jolín, Guille, no he leído esta obra de Carrasco y la tengo en pendientes, pero del que sí que he leído varias es de McCarthy y La Carretera debe de ser una novela bien distinta entonces, porque al igual que opina Krust decir que McCarthy no se detiene en descripciones... No sé, no es que me parezca una burrada que cada cual se fija en lo que se fija, pero es que me resultan uno de los puntos clave en el estilo del norteamericano y de lo que quiere plasmar en el trasfondo de su obra: Meridiano de sangre es el paradigma de ello (y de que, desde luego, el maniqueísmo tampoco se aprecia por demasiados lados), pero no le van a la zaga ni Todos los hermosos caballos ni si opera prima El guardián del vergel. Y con una terminología y un vocabulario que ya quisieran muchos clásicos. Que hay que tirar de diccionario.

Serán percepciones, pero desde luego más divergentes no pueden ser.

@Guille hace 10 años

Es que, @Poverello, La carretera es una novela bien distinta de otros libros que he leído de él, y, según mi criterio, bien distinta en estilo a Interperie, pero es mi criterio, claro.

@_567_ hace 10 años

Bueno, Poverello, en este caso creo que ha habido un ligero malentendido en el debate (es lo que tiene la conversación no presencial, on line, maquinita mediante), yo pensé que Guille globalizaba todo el estilo de McCarthy cuando afirmaba lo de ‘apenas hay descripciones del paisaje’ y eso sí que me parece un sacrilegio como tú mismo suscribes pero cuando Guille centraliza la comparación tan sólo a “La carretera”, que efectivamente tiene algunos puntos en común con “Intemperie” en lo argumental que no en lo estilístico, hay que darle la razón en cuanto a que ahí no hay demasiada descripción del paisaje exterior más allá de la nada que es el espacio apocalíptico donde se desarrolla la acción… curiosamente, como ya he comentado alguna vez, “La carretera” es la novela que menos me gusta de McCarthy.
Dicho esto, coincido con Guille en recomendar esta novela del debutante Jesús Carrasco. Por otro lado, los distintos puntos de vista ayudarán a enriquecer la opinión global de la obra que un futuro lector se pueda hacer de ella, claro que sí.-

@Poverello hace 10 años

Como digo en el comentario anterior, no leí "La carretera", pero me pareció que además de a esta obra hacías referencia, Guille, al estilo general de la obra de McCarthy. Si no era así mis más sinceras disculpas.

@Guille hace 10 años

Na, no pasa na, bienvenidos sean todos los debates, sobre todo si acaban como este.

@arspr hace 10 años

Bueno, pues la acabo de terminar y un poco semidecepción.

Es decir, ¿no os parece que la obra tiene DEMASIADAS incoherencias? No me quiero extenderme demasiado en ellas, (ni en las más obvias), porque serían muy spoiler y voy a mencionar simplemente las más colaterales:
+ En un secarral desértico, ¿de repente un "muladar" vertedero de reses muertas (y una al menos putrefacta aún)? ¿Desde cuándo en los desiertos, con el sol cascado a plomo, los animales muertos generan zonas insalubres? Y por cierto, ¿no había en esa zona esos buitres que se mencionan en otros lados? Por cierto, ¿de dónde salen esas reses muertas en mitad de dicho secarral?
+ En un momento determinado el chico toma agua insalubre de un pozo, en media hora le acontece una diarrea de caballo, (casi cólera vamos), y ... nunca más se supo, curado al instante. Que ni House, ni Hospital Central en sus mejores tiempos.
+ Vaaaaale, hay una sequía muy grande y toda la zona es abandonada por sus habitantes porque los secanos son improductivos, se pierde el ganado, y lo que queráis. Pero ¿y los canales de riego abandonados que se mencionan? ¿y las lagunas que se secan? ¿Y los ferrocarriles con sus pueblos fantasmas Y TOTALMENTE DERRUÍDOS por dicho abandono? Pues sí que dura la sequía, ¿no? Vamos que ni 5 ni 10 años. Esto más que sequía es cambio climático... ¿Y alguien me quiere decir de qué vive el posadero tullido?

Y me guardo las más graves...

No sé, no sé. Vale que la literatura se puede tomar licencias, (y se las debe tomar), pero cuando se roza literalmente el surrealismo argumental, una novela como esta, tan pretendidamente pegada a la tierra se resiente demasiado. Además el ejemplo del "muladar" es arquetípico porque casi da la impresión de que Jesús Carrasco se estaba gustando a sí mismo con su dominio de los tecnicismos rurales y se dijo "yo casco el palabro como sea..."

Retomando el comentario inicial de Guille, no sé quien es el "fumao" que asocia a Jesús Carrasco con Delibes, porque otra cosa no se podrá decir del difunto maestro, pero desde luego sí que sus obras son exactas hasta el paroxismo... cosa que no veo por aquí.

Eso sí la ambientación, el ritmo pausado progresivo y descriptivo le sienta perfectamente a este western patrio (en eso coincido totalmente con Guille). Si acaso yo le habría eliminado un par de redundancias (con el primer esbozo del primer capítulo ya basta para insinuar el nexo entre el chico y el aguacil; ¿para qué lo desarrollas, sin desarrollarlo además, en el resto del libro?) y anticipaciones narrativas absurdas ("y es lo que hizo el resto de su vida...", "y sin saber que se iba a liar la marimorena en unos instantes..."). En el "oeste" el whisky se toma seco, sin aguar, o si no, no se toma.

@Guille hace 10 años

Pues la verdad es que no aprecié esas incoherencias de las que hablas. Todo ese paisaje lo justifica el autor en una sequía digamos que (ya que hemos hablado de McCarthy) apocalíptica. De hecho, me parece que en algún pasaje de la obra describía como era el paisaje antes de la sequía, muy distinto de ese por el que transcurre la obra, y como los pueblos fueron despoblándose. El que el paisaje todavía guarde restos de ese pasado es que los años de sequía tampoco han tenido que ser muchos ya que el chaval recuerda aquellos tiempos.

@_567_ hace 10 años

Arspr,
Creo recordar que sí hay buitres y otras aves carroñeras, recuerda el episodio de las 3 cabras muertas…
Depende del nivel de insalubridad del agua del pozo, y aunque las cagarrinas bajo el sol están más que aseguradas, no necesariamente deben conducir a la muerte…
La sequía de unos años a esta parte ha obligado a abandonar poblachos como el que aparece en la novela y eso lamentablemente es algo real…
Por otro lado, coincido contigo en cuanto al tullido, a mí también me chirrió el pensar ¿de qué vivirá este tipo? A pesar de que la posada que regenta, para nadie o para quién se deje caer por el pueblo, esté bien surtida de alimentos (¿?), también estoy de acuerdo contigo en lo referente a Delibes como se menciona por ahí arriba…

Has estado un poco duro con Carrasco, yo creo que para ser un escritor debutante ajusta muy bien el ritmo narrativo de la historia (parece que no pasa nada pero pasan muchas cosas…), emplea un lenguaje rico sin pasarse de listillo pedantorro como hubieran hechos otros autores consagrados con un material así, también me gustó esa manera de describir a los personajes para que tú mismo te formes una idea precisa sobre ellos (sin utilizar ningún nombre propio, si no recuerdo mal solo se menciona a ‘El Colorao’ uno de los esbirros del alguacil, secundario aunque con su momentillo de gloria…), como huelen o apestan, como son físicamente… detalles que conforman una imagen precisa en el lector; vaya que en su conjunto me parece una novela que aunque se lee en un par de sentadas, está muy bien construida, bien podría dejar un poso duradero en la memoria, a mí mismo me sorprende que a pesar de haberla leído hace relativamente poco tiempo la recuerde tan vívidamente, tiene sus defectillos claro está, en mi opinión el principio es muchísimo mejor que el nudo central e incluso que su alabado final…
En todo caso creo que este autor merece esa expectativa que ha generado a nivel internacional su futura 2ª novela. Veremos, leeremos…

Sin hielo y siempre sin aguar, ahí coincidimos también.-

@arspr hace 10 años

@Krust. La sequía como motor de migraciones está claro. Lo que no me resulta creíble es su dureza tan INMEDIATA en zona con regadío y ferrocarriles por su producción agrícola... Y aunque lo fuera, que todos los edificios de repente se medio derruyan. Y si es tal secarral, ¿de dónde sale el buey? Y o bien hay carroñeros o bien los animales se pudren solos, pero no los dos a la vez. Y así siguiendo y ya digo que no menciono alguna clave más por evitar el spoiler, como ciertas heridas hasta el hueso de la que nunca más se supo, y que por lo visto tampoco se infectan a diferencia de otras.

@FAUSTO hace 8 años

Me quito el sombrero ante esta pequeña gran obra que tanto me ha sorprendido y tan gratamente. Tratándose de la “opera prima” del autor tiene más mérito y conviene no perder la pista de este escritor novel.
Buena reseña e interesantes los posteriores comentarios. En cuanto a vuestras opiniones, como se suele decir, estoy con todos y no estoy con nadie. Solamente voy dar unos pequeños matices, desde mi punto de vista, sobre los temas que habéis tratado.
Totalmente de acuerdo con vosotros: la comparación con Delibes cae por su propio peso. Como dice Guille, hay una cierta semejanza en la descripción de la brusquedad rural. Según mi punto de vista Carrasco sería el “lado oscuro” o el reverso de Delibes. Ambos tienen una perspectiva diferente sobre la relación entre la Naturaleza y el Hombre, ambos concuerdan en el carácter duro y áspero que conlleva esta interacción, pero en Delibes es más “natural” y positiva. Eso sí, los dos hacen una gran crítica de la sociedad campesina e individual con la exposición de seres guiados por sus instintos y pasiones primarios; en Delibes sólo basta echar un vistazo a “Los santos inocentes” para comprobarlo.
La equiparación con McCarthy no puedo juzgarla, sólo he leído “La carretera” y fue en la prehistoria. Aunque creo muy posible que el autor haya sido influenciado por el tremendismo. Durante su lectura he recordado varias veces “La familia de Pascual Duarte” (lo mejor que he leído de Cela y con diferencia) con su desolada, brutal y violenta definición del paisaje y el carácter humano. Y eso que esta lectura es mucho más antigua que la novela del norteamericano.
El estilo me ha encantado desde el principio, una escritura directa, descriptiva, con lirismo y escasos diálogos pero con un ritmo ágil, envolvente y ameno; que cuando detalla las escenas escabrosas no cae en la grosería o el mal gusto (y ahora que he vuelto a leer a Houellebecq se hace más patente). La acción va “in crescendo” hasta alcanzar un punto álgido que desencadena una espiral de violencia y dureza.
Curioso vuestro debate sobre el lenguaje “técnico” que utiliza el escritor, a mí tampoco me molesta y mucho menos me parece excesivo. También me parecen relevantes las pocas pero estudiadas y sugerentes flashback que el narrador nos va dejando por todo el texto.

La localización imprecisa de los paisajes donde ocurre la intriga me parece un total acierto por parte del escritor, así como el anonimato de las aldeas y los nombres de todos los personajes que salen (sólo conocemos el mote de uno de los ayudantes del alguacil). Tampoco se deja entrever alguna pista en los pocos diálogos: no hay localismos, dichos populares, acentos o algún tipo de deje.
Su deliberada ambigüedad hace que sea un relato más “universal” pudiendo situarse en las dos Castillas, La Mancha, Extremadura e incluso podría ser Andalucía, ya que un pasaje hace referencia a un camino que conduce hacia el mar.

Por último un pequeño chascarrillo: la portada es un fraude. Es una caratula hermosa y evocativa del mundo rustico, eso por supuesto, pero creo que todos os habréis dado cuenta de la “estafa”, pues en toda la extensa fauna que aparece en el libro no hay ni una sola oveja, ni siquiera se menciona dicho animal ninguna vez.

@Guille hace 8 años

Gracias FAUSTO.

Pues mira, yo no había caído en "la estafa" que comentas... aunque a lo mejor el corderillo eran más humano de lo que aparenta en la foto de portada.

@Poverello hace 8 años

Terminado queda y sensaciones más que encontradas.

Releí también la reseña y los comentarios y varios apuntes a bote pronto. Como opinaba Krust, decir que se nota la influencia de McCarthy en Carrasco es un poderoso eufemismo. Podría jurar que si ahora mismo pusiera dos párrafos, uno de Carrasco y otro de McCarthy a renglón seguido apenas se distinguiría donde empieza un escritor y donde acaba otro. Es absolutamente brutal y hasta me chirriaba por momentos la semejanza en la prosa, y no hablo de La carretera, que no he leído, sino de El guardián del Vergel, La oscuridad exterior, parte de Meridiano de Sangre y muchísimo Todos los hermosos caballos: frases cortas, renuncia a las oraciones subordinadas y proposiciones conjuntivas, ilativas y consecutivas (más en Carrasco, que es casi categórico, no creo que haya un sólo pues o ya que en toda la novela), elipsis de verbos 'innecesarios en las construcciones gramaticales... y a otro nivel, también mucho más firme en Carrasco, la ausencia de datos sobre los personajes, de sus descripciones físicas, sus nombres (como apuntaba Fausto)... armas que McCarthy, igual que Faulkner, suele usar para crear una trama mientras que en el extremeño es una constante en la novela, de estructura narrativa lineal, algo poco común en las obras que he leído de McCarthy. Y para terminar, también influido notoriamente por este autor en la forma y contenido, el hecho de que se trate de una Bildungsroman, igual que todas las novelas del estadounidense que nombraba antes, donde la importancia de la violencia y las situaciones límite en la maduración del personaje principal es más que evidente. Eso sí, a Delibes no lo veo por ningún lado.

Dicho lo cual, la novela -que no me esperaba tan... corta- es recomendable, bastante, a pesar de que todos los peros anteriores me han hecho en un principio infravalorarla y hasta pensar en un suspenso. Luego, sin dejarme llevar por la emoción, hay que reconocer que, al igual que McCarthy, Carrasco tiene un control del lenguaje y de las palabras fuera de toda duda: sabe el verbo exacto de cuando se ata a un burro, de las telitas que lleva colgadas y de determinada planta de la zona (algo muy común, por ejemplo, en Meridiano de sangre) A mí también me recordó más el paisaje a Extremadura o Andalucía, que es donde reside actualmente el escritor. Ágil de leer, una narración muy fluida y una historia de lo más atrayente... y no todo el mundo a leído a McCarthy, por lo que una novela con la calidad literaria de Intemperie en estos tiempos y para un iniciado es más que de valorar, es un verdadero logro.

Por cierto, no sé si he dicho que este tipo, escribiendo, se parece un huevo a McCarthy. Ji.