DESENCANTO PROGRESIVO Y DEFINITIVO por arspr

Portada de EL TAMBOR DE HOJALATA

Ufff, terminé el Tambor de Hojalata haciendo un notable esfuerzo y eso es malo, malo, malo.

Y es que no acabo de comprender el libro en sí, ni su supuesta grandiosidad como uno de los principales hitos de la literatura del S.XX. De nuevo vuelve a ser mi cerrilidad genética, pero ¿alguien me puede explicar qué tiene de especial? Porque a mí me parece una inmensa oportunidad fallida, aburrida por momentos, críptica en tramos y absurdamente redundante una y otra vez.

Intentaré explicarme.

Comencé a leer el libro con muy pocas referencias sobre él (de nuevo mi cerrilidad asoma la cabeza). Niño que no quiere crecer en contexto de Alemania, (bueno después resultó Polonia, pero es irrelevante), pre-, durante y post- Segunda Guerra Mundial y poco más. Evidentemente tampoco había visto la película.

Y con esta poca información, y como creo que resulta evidente, mi composición mental previa fue enfrentarme a un durísimo libro de crítica social (o al menos de descripción costumbrista) de una época extremadamente interesante, (sobre todo el pre- con el auge del nacismo), sirviéndose de una figura alegórica, artificial, fabulosa (el niño que no crece) que cual Quijote permita narrar y servir de hilo conductor a la historia, a la vez que por su naturaleza "ajena" permita juego narrativos, saltos externos, licencias literarias etc. Es decir, estar a la vez dentro y fuera del contexto realmente importante del libro.

Y efectivamente así comienza el libro con una más que aparente sátira y humor negro destilada por Óscar desde la cama de su sanatorio mientras que comienza a narrarnos la historia de sus abuelos y el caciquismo que ocasiona la muerte final del abuelo. Y todo con un toque entre realidad y ficción, entre realidad y sueño, entre realidad y "magia" que tan bien le sienta a la narración si se le encuentra el punto justo. (Haciendo analogía, la grandeza y a su vez debilidad del "Realismo Mágico" que tan pronto le sienta maravillosamente bien a las historias, como las hunde irremediablemente cuando el autor se "pasa" con ella). Perfecto, he acertado con el libro que buscaba. Lo voy a disfrutar como un enano, fijo.

Pero poco a poco comienza el desencuentro. En primer lugar porque poco a poco me doy cuenta que la narración del decorado, del contexto, de la sociedad que acoge a Óscar y su tambor, es realmente anodina. Lo que yo esperaba como el actor secundario "tapado", como el diamante en bruto de la historia, se va revelando poco a poco como casi irrelevante, como bisutería de la barata. Yo que pensaba que me iban a narrar una época y poco a poco el libro se va convirtiendo en egocéntrico sobre Óscar, no en Óscar como excusa para la época.

Pues eso, narración casi forzada sobre familia, barrio y aledaños de Óscar que nunca levanta el vuelo. Y lo malo es que además, por todo lo que la Historia nos trajo después, yo al menos esperaba un relato si no "ensayístico" sobre la génesis de lo que ocurrió, al menos si costumbrista o medianamente descriptivo del caldo de cultivo que lo permitió.

Pero nada de esto despega y todos los personajes me resultan un poco de cartón piedra. Y sobre todo irrelevantes. Ni el triángulo amoroso marcado por el Skat, ni la homosexualidad del verdulero, ni nada de nada me resultan impactantes o sutiles. Y en esta segunda palabra está otro de los problemas. Para poco interesante (para mí) que tiene el libro, y en vez de narrarlo suavemente, sugerirlo sutilmente, Óscar/Günter se empeña en remacharlo una y otra y otra y otra y otra y después otra y otra y otra vez. Aún recuerdo el momento en que me dije "¡Coño! A ver si Jan va a ser lo que parece!" para que tres páginas después ya me lo explicasen sin lugar a dudas por primera de las 10.000.000 de veces. (A veces Óscar se me parece demasiado a la pesada de Carmen en Cinco horas con Mario).

Y luego está la negligencia (o simplemente no era su objetivo) en aprovechar lo jugoso de la época. Salvo las tarimas de Bebra, la tienda de juguetes y algo de la poesía del episodio del Correo polaco, nada de nada. Otro desencanto más.

Y para finalizar, si el libro no trata sobre la época, ¿sobre qué rellena sus páginas? Pues simple y llanamente sobre Óscar. Pero el problema (para mí) es que Óscar es un personaje irreal, absurdo, una excusa narrativa para contar algo, no un personaje de carne y hueso. Por tanto, sus depresiones, neuras y comecomes de cabeza me importan bastante poco. (Y no digamos ya sus conflictos religiosos). Es como si en un libro de zoología se empeñasen en narrarme el ciclo reproductor de los unicornios o de los dragones...

Y si he finalizado el libro ha sido porque de repente al final del segundo libro y principio del tercero, la narración da un ligero giro de dirección cuando de repente Óscar deja de ser ese Peter Pan quijotesco con necesidades de psicoanalista para (aparentemente) convertirse en un pobre enano (de nuevo aparentemente) real de carne y hueso. De nuevo, me volví a decir, "¡Coño! A ver si es que el libro era realmente esto, la navegación por los traumas de un pobre paria, y de lo que se trataba era del viaje iniciático por los trucos de su mente para huir del rechazo". Y con esta nueva esperanza, me forcé a continuar, en un intento de descubrir al nuevo Óscar real.

Pero nada de esto acaba cuajando. Y el Óscar real es tan irrelevante, absurdo y surrealista sin sentido (para mí) como el onírico "peterpanesco" inicial. Y para más inri, (y volviendo a caer en la sobreexplicación), ni siquiera el potencial asesinato de Dorotea (y sus potenciales implicaciones respecto a la salud mental global de Óscar) se deja en el aire, sino que de nuevo se nos vuelve a explicar para matar cualquier vía de escape al texto.

Por tanto, ¡vaya decepción de libro! Y no le voto con menos por los ligeros ramalazos de poesía que contiene (las casamatas como arte, los indicados de la tienda de juguetes o el Correo polaco o de la muerte de Agnés/Agneta). Pero menos mal que por fin se le ha gastado a Óscar el maldito tambor de hojalata.

Escrita hace 10 años · 5 puntos con 5 votos · @arspr le ha puesto un 5 ·

Comentarios

@lucero hace 10 años

Tengo un deslavado recuerdo de la película, que ví hace muchos años ya, y con la misma sensación. No estaba en mi lista de deseos, y ahora...creo que ni con el amigo Gunter me meto!!!

@Poverello hace 8 años

Yo soy de los otros, arspr, de los que ha flipado con el libro. Entiendo todo loo que dices, pero no lo comparto, básicamente porque parte del hecho de que toda la novela en sí, podría ser una tremenda alegoría sobre una sociedad enferma que 'joroba' (tú ya me entiendes) al individuo, lo deforma, y después de cargárselo lo convierte en Mesías, porque conviene, porque es lo que toca, porque mejor un mesías medio freak que ya poco tiene de inocente, que uno que intenta ser libre, aunque sea a consta de renunciar a determinadas responsabilidades.

Vaya, una novela no ya crítica a nivel social y cultural, sino verdaderamente despiadada por momentos, y cruel. Oscar es, como la mayoría de los seres mortales, un tipo que necesita darle sentido a su historia y sobrevivir al caos, aunque en parte deba para ello idearse un padre mejor o creerse padre de quien seguramente no lo es.

Desde luego fácil de leer tampoco creo que sea, desde luego, pero me gusta mucho el estilo de Grass, y ese curioso símbolo de referirse el propio narrador a sí mismo en tercera persona, más habitualmente según avanza la historia, como si fuera de otro, como si necesitara olvidarla...

@sedacala hace 8 años

Yo también fui de los que votaron un sobresaliente. Pero ahora a varios años vista, el recuerdo es muy pequeño y debo decir que lo que me trae la memoria casi coincide con algunas de las cosas que se dicen en la reseña. Recuerdo algunas cosas en el argumento que me suenan a esa futilidad que describe arspr. Sin embargo, recordando las sensaciones que tuve cuando lo leí, coincido totalmente con lo que dice Poverello, y es extraño porque ese campo de lo simbólico y lo alegórico no suele ser propicio para mi temperamento que es mucho más racional que lo que aparece en este libro. Pero fue así, algo debe tener esta historia que magnetiza al lector (o al menos a muchos lectores) y le hace ver cosas que otros no ven. Sospecho que la tremenda envolvente que suponen el lugar y la época, tienen mucho que ver en eso.

@arspr hace 8 años

Pues si tú sedecala no te acuerdas con un sobresaliente, no te quiero contar lo que yo recuerdo...

Es que releyendo la reseña, ya no me acuerdo ni del abuelo, ni de Jan, ni de Agnes, ni de Dorotoea... Mente absolutamente en blanco... Ni un ramalazo de recuerdo...