TITILANTE MULTITUD DE ESTRELLAS por _567_

Portada de LA LIBRERÍA AMBULANTE

Algún día abandonaré la puta ciudad e iré dejando atrás carreteras nacionales permanentemente transitadas por columnas de hormigas motorizadas que desfilan alienadas hacia el tóxico nido central de la urbe, tomaré el desvío de cualquier lengua de alquitrán comarcal, dejaré atrás caminos polvorientos y pistas sin señalizar, para finalmente introducirme en ese otro mundo sin civilizar situado a la falda de las montañas; una vez allí levantaré la mirada a ese cielo virgen y podré disfrutar de algún rayo de puro sol sin adulterar mientras espero que caiga la noche, inquieto, para poder atisbarle las bragas a la luna. Allí montaré mi granja y esperaré paciente la llegada del Parnaso ambulante cargado hasta los topes con mi próxima remesa de incunables encargados al señor Mifflin. Sí, eso es lo que haré.

Tomamos como punto de partida situacional los años 20 del Siglo XX, y esa librería del título, que no es otra cosa que un viejo carromato (“Parnassus on Wheels” del original) perfectamente acondicionado y trabajado en fino estilismo carpintero, conducido por Roger Mifflin (una especie de predicador literario), tirado por una yegua llamada Peg (diminutivo con alas cortadas de Pegasus) y acompañados ambos por un amigo fiel –canonizado en can- llamado Bock. De poblacho en aldea, de cabaña en granja, y tiro de las riendas porque me toca, nuestro protagonista principal ofrece sus libros a toda aquella gente que encuentra desperdigada por aquellos parajes rurales de los Estados Unidos donde la cultura nunca llega. Duro trabajo de campo, plantación de semillas literarias que harán brotar grandes momentos de placer en las mentes de los desheredados de la tierra, si es que llegan a disponer del tiempo necesario para gozar con ellas. Camino de Brooklyn (ciudad independiente de Nueva York hasta 1898, y su barrio más poblado en la actualidad, que por entonces –ahora también- aún conservaba su propia idiosincrasia autóctona) en busca de la meta de un retiro que le permita escribir sus memorias; Mifflin busca desesperadamente a la persona adecuada para venderle su tesoro de letras por 400 dólares, animales acompañantes incluidos. Llegamos a una granja en mitad de ninguna parte habitada por Andrew McGill (el ‘mejor escritor de la comarca’, el menor exponente de las virtudes del hombre) y Helen McGill (su abnegada hermana, que se encarga de prepararle la comida –momento tremendo la elaboración de las hogazas de pan- y de lavarle los calzoncillos entre otras tareas del hogar…); pues bien, ya tenemos el nudo central que sujeta a los tres protagonistas, tan sólo nos queda rodar al ritmo suave de las ruedas del carromato entre las escasas 182 páginas de esta historia, que transcurre en un suspiro, para llegar así a su moralizante desenlace final. ¡Ah, qué lastimita! Llegará a todo el mundo, sí, pero puede que no permanezca demasiado tiempo en su recuerdo.

Publicada en 1917, esta novela supuso el debut literario de Christopher Morley (1890-1957), uno de esos escribanos norteamericanos que por lo visto consiguieron llegar a ser autores de éxito y de culto a la vez, ya lo ves. Formado en la universidad de Oxford (fíjense ustedes en ese sentido del humor tan tipical british que trasmite su prosa aquí) regresa a casa en 1913 donde además se convirtió en uno de los periodistas –columnista y reportero- más prestigiosos de la época. Creo que alguna obra más escribió después…
Narrada a modo de fábula realista, con una escritura extremadamente fácil –demasiado quizás- y exenta de ningún tipo de recurso estilístico capaz de hacerla permanecer en la memoria, a pesar de su potente trama argumental (gran acierto la reivindicación feminista representada por Helen), resulta asombroso como, por otra parte, Morley consigue que el lector se sienta muy a gusto viajando entre líneas en ese vaivén anodino que le llega al culo a través del pescante de su Parnassus y como, asimismo, es capaz de adaptar un ajustado ritmo traqueteado, pausado y lento, hacia esa moraleja final que bien podría sorprender a más de un urbanita hermafrodita, a más de un granjero de los que se resisten a leer nada… más allá de la Santa Biblia. Bueno, no está del todo mal, aunque bien podría haber sido un viaje más trashumante, más nómada, más humano… más gitano.-

Escrita hace 10 años · 5 puntos con 5 votos · @_567_ no lo ha votado ·

Comentarios

@lucero hace 10 años

Pese a tus aspiraciones semi defraudadas, pese a tu calificación apenas aprobada, tu reseña me lanzó al catálogo. Me pareció atractivo el argumento y bien vale una exploración. Sólo tengo una novela de Morley en inglés...
Hermosa reseña.

@_567_ hace 10 años

Es un argumento muy atractivo, sin duda, eso me hizo a mí montarme en el Parnaso. Pero creo que Morley pudo haberlo hecho mucho mejor, tantas aventuras como prometía la trama una vez se desencadena la acción, sin embargo se me hizo demasiado corta… no sé, todo muy pulidito y arregladito pero sin la enjundia suficiente como para trascender, a pesar de contar con ese estupendo personaje de Mifflin, que se hace realmente simpático al lector…

Hermosas son las estrellas que titilan allá arriba.-

@nikkus2008 hace 10 años

Excelente reseña amigo Krust; el primer párrafo podría ser parte de un cuento, creo, y no es la primera vez en tus críticas que intercalás líneas de ese calibre. Aunque el balance no pareciera ser del todo bueno, me dió curiosidad por este tipo que ni sabía que existía. Estas líneas "estas páginas huelen a las hogazas de pan recién sacadas del horno; en ellas se siente el viento de otoño en los abedules" me decidiero a investigar el libro, a "hojearlo" por internet al menos. Veremos, veremos. Gracias por dar a conocer más libros; siempre libros nuevos (viejos), esto ya se hace eterno y uno jamás termina de enloquecer; estpy leyendo no se, como cuatro libros a la vez, y no termino ninguno, entre el poco tiempo disponible, la impaciencia (empecé el Ulises de Joyce, y quedé en la página treinta y pico; no puedo seguir, no hago pie, no se a lo que apunta, me pierdo, me pierdo constantemente; ¿algún consejo?) se me hace difícil concluir alguno. Y para colmo sigo queriendo empezar algún otro...basta ya, es una locura, y ustedes, todos ustedes son cómplices!!

@Faulkneriano hace 10 años

Lo mejor que ha deparado esta novela norteamericana es que te animes a escribir esta reseña. Como dice Nikkus, el primer párrafo es de grueso calibre. Me encanta lo de "atisbarle las bragas a la luna"; seguro que Morley, al que pareces terminar pidiendo algo más de arrojo, no escribía así.

No es oro todo lo que reluce en la literatura norteamericana del primer tercio del siglo XX. Hay autores muy pacatos; otros, muy ingenuos; otros, muy desaliñados; otros, francamente, de consumo interno; algunos, muy, muy buenos. No sé en qué categoría anda Morley. El argumento de la novela no parece muy prometedor: espero que no sea de la variante "tarta de arándanos casera" (por cierto, Helen, en la continuación La librería encantada prepara tarta de chocolate para sus invitados)

Y, Nikkus, no te preocupes porque pierdas pie con el Ulysses: ¡luego es mucho peor!

@_567_ hace 10 años

Gracias por tu comentario, Nikkus. Ese primer párrafo bien podría formar parte del cuento de mi puta vida (el 2º intenta ser una aproximación argumental a la novela y el 3º al autor y a su estilo literario); o sea que es el primero el que encierra prácticamente toda la esencia de una de mis Criaturas de Opinión Personal. A todas ellas, en mayor o menor medida, se les acaba cogiendo cariño, ya sabes... Tú, que eres un tío íntegro y de sensibilidad extrema, bien sabes de lo que hablo. Este es un libro viejo que ha resistido el paso del tiempo a su manera, Morley no engaña con su discreta prosa ni tiene ínfulas de trascender, fue sincero y le quedó una novela curiosa que a cierto tipo de lectores puede acabar gustando mucho más que a mí.
Mi consejo sobre el ‘Ulyses’ es que lo abandones, yo lo terminé por pura cabezonería (te confieso que me sentí muy ridículo porque no me estaba enterando prácticamente de nada, sobre todo desde su primera mitad en adelante…) y todavía hoy, tan perdido como tú, me pregunto qué cojones me contó Joyce. Aquí lo tengo en casa por si un día me da por intentarlo de nuevo, pero lo dudo mucho.-


Pues no te creas, Faulk, yo pensaba que sólo el Tato y yo la habíamos leído pero compruebo aquí y en otros rincones de la cibergalaxia que son bastantes más personas las que montaron en el pescante de este Parnassus. Los comentarios que leo son bastante condescendientes con novela y autor, repito que también en mi opinión es una novela agradable de leer a pesar de sus limitaciones. La escritura de Morley me ha parecido muy plana (así seguro que vendió muchos ejemplares a granjeros y urbanitas de la época), pero también es cierto que lo seductor de su argumento (uno pagaría encantado esos 400 dólares, ya me contarás si lo lees…) lo hace ir un poco más allá de ese consumo interno que comentas, el amor incondicional por los libros se supone una querencia universal. Ah! de postre me temo que hay tarta de arándanos o similar, pero ahí no está tan acertado en su descripción como con las hogazas de pan. Sabía de la existencia de “La librería encantada” pero no tenía ni idea de que fuera la 2ª parte de esta novela, ahora entiendo ese final tan abierto que, por cierto, no me gustó demasiado. Nunca se sabe pero no creo que lea nada más de este autor. Se agradece también la referencia al primer párrafo, para un post de Blog lo hubiera dejado así, para una reseña de la novela supongo que se necesitaba algo más de extensión.-

@Tharl hace 10 años

Nos haces un flaco favor, Kurst, presentándonos tan bien un libro tan anodino (por lo que das a entender). No me apunto el libro a mi whistlist, pero avísame si desarrollas ‘el cuento de tu puta vida’ que tan bien empieza.
Un abrazo!
(Con el Ulises, yo, ni me atrevo)

@Faulkneriano hace 10 años

Panda de flojos... Generación LOGSE... Pues de castigo, el Finnegan's Wake.

Seguro que en el Parnasillo ese sobre ruedas no llevaban el Ulysses.

@nikkus2008 hace 10 años

Jeje, el Finnegan's Wake es mucho peor según dicen; si casi ni me atrevo con Ulysses, ni pensar en ese "castigo". En esta página tiene un solo voto, el de Tylercito (creo que también anda por Filmaffinity) y le clavó un OCHO.
Gracias por el ánimo Faulk, ahora si que no sigo con Ulysses. O si, no lo se. Depende del humor, creo. Hay algo que me encanta de su forma de escribir, pero cuando creo que ya lo tengo, ¡zas!, se me escapa de nuevo.

@_567_ hace 10 años

Tharl, el puto cuento es ahora mismo el embrión de un sueño compartido con mi mujer. Algún día nos largaremos al pie de las montañas, lejos del mundanal ruido. Sí, eso es lo que haremos…

Yo tampoco me atrevo con “Finnegan’s wake”, Nikkus, no estoy para más flipes con Joyce. He leído algunos fragmentos traducidos por ahí (creo que en alguna novela de Vila-Matas y otros sitios que no recuerdo), solo comentar que me pareció un rollazo experimental de primera, tanto que al menos para mí resultó totalmente incomprensible. Por cierto, ¿alguien sabe si ya está totalmente traducido al castellano?, menudo marrón para el traductor, por lo visto es intraducible… ya en inglés resulta poco menos que imposible. ¡Que se lo encargen a Javier Calvo, please! Al menos en ‘Ulysses’ uno se sitúa algo mejor en ese día concreto en la vida de Leopold Bloom pero también me perdí en múltiples ocasiones… Nada más que añadir sobre ese gran genio de la literatura, algo similar me pasa con Borges y no me importa reconocerlo: EL FALLO DEBE SER MÍO COMO LECTOR, no llego a tanto, que le vamos a hacer…

Faulk, difícilmente podría llevar Mifflin el ‘Ulysses’ en el Parnaso ya que este se publicó en 1922, que aunque es verdad que coincide en espacio tiempo con la novela, supongo que llegó algo más tarde a EEUU… pero llevaba todos los Shakespeare, ahí es nada, junto a ejemplares como ‘La cosecha de la patata’ o ‘La cocción de la tarta de arándanos’… cada clientillo con su librillo. Es una novela curiosa si algún día te topas con ella…

@lucero hace 10 años

Faulk, dejá el rebenque con los flojos que no nos suicidamos con el Ulises y con Finnegan´s wake(eterno en mi wish..)!!!

@Poverello hace 10 años

Tres veces empecé el "Ulises". No desespero. Cuando sea mayor y no me importe el suicidio lo mismo voy a por la cuarta.

@nikkus2008 hace 10 años

Bien Lucero, Faulk nos castiga con Joyce, pero veo que al menos no soy el único en no entender nada de lo que se dice en el libro; y para colmo, (palabras de Faulk) "se pone luego mucho peor"...y Pove, la ¿cuarta será la vencida?